Sanzol encarna emocionado el premio de Navarra al teatro, "el arte de la asamblea"
El director y dramaturgo pamplonés ha recibido este sábado en Fitero el Príncipe de Viana de la Cultura. Un impulso al teatro como “el arte de la asamblea”, en palabras del galardonado
Alfredo Sanzol ha hecho comunidad este sábado en torno al teatro en la villa de Fitero, donde, visiblemente emocionado y agradecido, y muy arropado por familiares, amigas y amigos, ha recibido el Premio Príncipe de Viana de la Cultura. Un galardón que al director teatral y dramaturgo navarro le hace “muy feliz” y le da “fuerzas para seguir volviendo a ese lugar parecido a la nada que está lleno de todo”, ha dicho refiriéndose al teatro, que considera “el arte de la asamblea” y para el que ha pedido “que se reconozca el lugar que tiene en nuestra cultura desde hace miles de años”.
“Hay que considerar el teatro como lo que es, un arte que está en el centro de la vida social. El arte de la asamblea. Y así lo tenemos que ver, como un lugar en el que ponemos en escena a través de ficciones los conflictos que nos ocupan, tanto los más coyunturales como los que tienen que ver con la existencia del ser humano”, ha destacado Alfredo Sanzol (Pamplona, 1972) tras la ceremonia de entrega del Premio Príncipe de Viana, “un acto precioso”, ha dicho una vez concluida su celebración, en el que se ha sentido “muy a gusto en compañía de la familia y de amigas y amigos, y también muy apoyado a nivel institucional. No puedo pedir nada más”, ha asegurado el galardonado con la máxima distinción de la cultura navarra.
Los recuerdos y la emoción
Sanzol ha recibido el Príncipe de Viana de manos de la Presidenta María Chivite en el interior del monasterio cisterciense de Santa María la Real de Fitero, localidad que está conmemorando el 650º aniversario de su incorporación al Reino de Navarra, y ha sido ovacionado por el público con calurosos aplausos y gritos de ¡bravo!, como si se tratase del final en escena de una de sus grandes obras.
La emoción del director y dramaturgo ha aflorado del todo durante su intervención, que ha tenido que parar un par de veces porque no podía contener las lágrimas. “Tener enfrente a la familia y los amigos que te están mirando me ha hecho emocionarme. Ellos han sido tan importantes a la hora de poder tener yo mis tiempos y mi vida para poder trabajar... su apoyo ha sido esencial. En momentos como éste te vienen todos los recuerdos a la vez y de cualquier manera, y al final te acabas emocionando”, ha comentado tras la ceremonia de entrega, que ha contado con 120 invitados.
Sanzol ha estado arropado por numerosos familiares, los más cercanos su madre, Marisa Sanz, sus hijos Juan Sanzol y Lucas Moreno, ambos de 14 años, su tía Esther Elizalde y nueve primas y primos, además de amistades y compañeras y compañeros de las artes escénicas.
La escucha al otro
El acto ha comenzado a las 11.00 horas con el Himno de Navarra. Marcha para la entrada del Reyno, que ha interpretado el Ensemble Sinfonía Navarra, compuesto por Maitane Ezpeleta (guitarra), Unai Otegi (flautas) y Álvaro Iborra (clarinete).
Tras esta pieza, la directora teatral Ana Artajo ha compartido una laudatio al ganador, en la que ha destacado de Sanzol su incansable trabajo, su talento, su humor, su “visión tierna y puñetera del mundo”, su entrega, su escucha al otro y su impudicia para “evidenciar a golpe de carcajada nuestras vergüenzas compartidas”. “Si hay algo que tu teatro consigue es hacernos pensar; pensar en el otro, sublimándonos como ciudadanos, como compañeras”, ha dicho Artajo, señalando que Sanzol merece el reconocimiento del Príncipe de Viana por “la infinidad de gestos minúsculos que pueblan su quehacer laboral y cotidiano para que la cultura llegue a los rincones donde más urge su presencia”.
En cuanto a su labor al frente del Centro Dramático Nacional, ha destacado que ha creado un “espacio acogedor para la creación, un lugar polifacético, abierto, integrador de la diversidad, feminista y capacitante, que se abre al mundo para comprenderlo y permite que este quepa en su totalidad dentro de un escenario. Un centro para la inclusión y la empatía”.
Alfredo Sanzol ha recibido el Príncipe de Viana de la Cultura en un estrado presidido por María Chivite junto al presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, el alcalde de Fitero, Miguel Aguirre, y la consejera de Cultura, Deporte y Turismo del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola.
En su intervención, el director y dramaturgo ha recordado sus inicios en el teatro y el flechazo que tuvo con este arte tanto en el Instituto Navarro Villoslada en compañía de Ignacio Aranguren como en la Escuela Navarra de Teatro con Maite Pascual. En sus experiencias en esos dos lugares sintió que lo que estaba haciendo tenía “sentido” y fue consciente del “misterio”, ese “lugar desconocido” del que surge todo su trabajo y al que siempre vuelve, impulsado por la pasión creativa, “para empezar de cero”.
Por su parte, la presidenta de Navarra, María Chivite, ha destacado del galardonado su capacidad para “sacar a la superficie” la verdad que contiene el teatro. “Una verdad contada desde la cotidianeidad y que, desde ahí, enlaza con la universalidad”, ha dicho Chivite, apuntando que Sanzol se ha ganado por derecho propio “el acceso al trono de la dramaturgia española”.
35º edición del Premio Príncipe de Viana
El Premio Príncipe de Viana de la Cultura, galardón que entrega el Gobierno de Navarra desde su creación en 1990, ha celebrado este año su 35º edición. Como cada año, ha tenido el objetivo de reconocer la trayectoria de personas o entidades relevantes en cualquiera de los ámbitos de la cultura, ya sea a través del ejercicio de la creación, del estudio o de la investigación, o mediante su promoción y fomento.
Se trata de un premio que se concede a propuesta del Consejo Navarro de la Cultura y de las Artes, y en los últimos años ha recaído en figuras tan destacadas como la compositora Teresa Catalán, el fotógrafo Carlos Cánovas, el escritor y profesor Tomás Yerro o la escritora Dolores Redondo.
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