«Debemos asumir que somos ríos y no aguas estancadas»
·
Wences
Lamas, escritor. El polifacético artista presenta hoy en Gijón su nuevo libro,
'Hemos venido a darlo todo' del que dice no haberlo escrito él, sino su mente
Wences Lamas está considerado por muchos como uno de los jóvenes
artistas españoles más interesantes y polifacéticos del momento. Hijo y
bisnieto de funerarios, nacido en Lugo en 1985, con familia asturiana, y
madrileño de adopción, es realizador de vídeo, músico, con su grupo Reserva
Espiritual de Occidente, escritor, pintor, ilustrador y fotógrafo entre muchas
otras cosas. Pero no nos entendamos mal, no es un artista posmoderno, al menos
no en el sentido más superficial, más bien es un hombre del Renacimiento en el
siglo XXI, para el cual las técnicas y escuelas son un patio de recreo en el
que el primero en divertirse es él y donde quiere que nos liberemos para volver
a mirar el Arte y la vida con ojos inocentes y emocionados. Hoy presenta su
último libro, 'Hemos venido a darlo todo' (Ofengabous Editorial), en el Toma 3
de Gijón a las 13.30 horas con un espectáculo tan ecléctico e intenso como él.
-Vídeo,
música, ilustración, foto, escritura...¿No le da vergüenza?
-Al final da igual si haces sopa, pote, fabes
o bollos preñaos, lo importante es el chorizo. El chorizo suele dar bastante
vergüenza, el otro día iba en el coche con un amigo y me estaba repitiendo
mogollón y él bajaba la ventanilla. Pero mucho mejor fuera que dentro, creo yo.
-En
su libro no hay límites ni filtros, todo se mezcla sin ocultar nada. ¿Hay en
ese exceso algo de liberación? ¿Mostrándolo todo, se oculta?
-Creo que más que ocultarme intento
universalizarme, no sentirme dueño ni inventor de ningún sentimiento de los que
se derraman en el libro. Destriparme para ver que todas mis entrañas se parecen
a las de los libros de naturales.
-¿Qué
es lo que ha venido a darnos?
-Todo. El vino guardado muchos años se
convierte en vinagre y creo que debemos asumir que somos ríos y no aguas
estancadas.
-¿Cuál
es el fin último del Arte?
-Trascender y hacer trascender. En el sentido
de no poder volver al mismo sitio.
-Viene
de una familia de tradición funeraria. ¿Cómo ha influido esto en su arte? ¿Cómo
se lleva con la muerte?
-Últimamente me gusta pensar que soy como
Bruce Willis en 'El sexto sentido' y que ya estoy muerto, y tratar de
comprender por qué sigo en este plano. Es un buen truco para no andarse con
tonterías. Sobre la herencia familiar, siento gran orgullo. Imagino a mi
padre/abuelo/bisabuelo como ingenieros de naves aeroespaciales para volver a
las galaxias de origen de cada uno. Creo que ellos con su oficio ayudan a
trascender, al igual que intento yo.
-Estudió
Bellas Artes pero, ¿se puede enseñar a ser artista?
-Creo que todas las personas tienen la
capacidad innata de ser quien quieran ser, y, aún así, mola mucho tener
maestros que te lo recuerden, pero yo entré en la universidad con la única
intención de prenderle fuego y no por la institución en sí, por aquel entonces
hubiese tenido esa misma querencia en un aquapark.
-Tengo
la sensación de que en este libro se está entregando más que nunca. ¿Qué lo
hace tan especial?
-Casi todo el libro lo dibujé y escribí con
la mente y los ojos en blanco, la mano tonta e intentando renunciar al ego. Por
eso creo que es tan especial, porque realmente no lo escribí yo.
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