Recopilación de poemas, de algunos representantes de la poesía peruana.
Que hermoso es expresar nuestros sentimientos mediante la fuerza espiritual de los poemas. La sensación más pura de libertad, de esperanza, de emociones que afloran cristalinas. Aquí les dejo los más hermosos poemas de algunos poetas peruanos.
ANÓNIMO
POEMA A LA MUERTE
Fallecen bienes y males;
Una misma sepultura
A todos nos hace iguales.
I
La avaricia, la riqueza,
La honradez y la nobleza,
La pompa y la caridad;
La soberbia, la humildad,
El garbo y la compostura
Se marchita la hermosura
A quien tanto el mundo alaba,
Porque al fin todo se acaba,
Nada en este mundo dura.
II
Muere el justo, el pecador,
Muere el grande, muere el chico,
El poderoso y el rico,
El esclavo y su señor;
Se acaba el mundo de amor,
Los hombres y los caudales,
Mueren traidores y leales
Y sin mejorar su suerte
Cuando les viene la muerte
Fallecen bienes y males.
III
Muere el grande, muere el chico,
El poderoso y el rico,
El esclavo y su señor;
Se acaba el mundo de amor,
Los hombres y los caudales,
Mueren traidores y leales
Y sin mejorar su suerte
Cuando les viene la muerte
Fallecen bienes y males.
III
Mueren moros y cristianos,
Letrados y tinterillos,
Mueren honrados y pillos,
Médicos y matasanos.
Abrid los ojos, mundanos,
No pecad que eso es locura,
Hagamos la compostura
Porque habremos de morir
Y nos tiene que cubrir
Una misma sepultura
IV
Letrados y tinterillos,
Mueren honrados y pillos,
Médicos y matasanos.
Abrid los ojos, mundanos,
No pecad que eso es locura,
Hagamos la compostura
Porque habremos de morir
Y nos tiene que cubrir
Una misma sepultura
IV
Mueren súbditos, prelados,
Monarcas y emperadores,
Grandes, medianos y menores
Los solteros y casados;
Los pobres y acaudalados,
Los papas y cardenales,
Distintos en el vivir,
Pero Dios en el morir
A todos nos hace iguales.
Monarcas y emperadores,
Grandes, medianos y menores
Los solteros y casados;
Los pobres y acaudalados,
Los papas y cardenales,
Distintos en el vivir,
Pero Dios en el morir
A todos nos hace iguales.
ABRAHAM VALDELOMAR
POEMA TRISTITIA
Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.
Dábame el mar la nota de su melancolía
;el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.
En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar.
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.
Dábame el mar la nota de su melancolía
;el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.
En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar.
CARLOS AUGUSTO SALAVERRY
POEMA ACUERDATE DE MI
¡oh! Cuánto tiempo silenciosa el alma
Mira en redor su soledad que aumenta
Como un péndulo inmovil: ya no cuenta
Las horas que se van!
No siente los minutos cadenciosos
A golpe igual del corazón que adora
Aspirando la magia embriagadora
De tu amoroso afán.
Ya no late, ni siente, ni aún respira
Petrificada el alma allá en lo interno;
Tu cifra en mármol con buril eterno
Queda grabada en mí!
Ni hay queja al labio ni a los ojos llanto,
Muerto para el amor y la ventura
Esta en tu corazón mi sepultura
Y el cadáver aquí!
En este corazón ya enmudecido
Cual la ruina de un templo silencioso,
Vacío, abandonado, pavoroso
Sin luz y sin rumor;
Embalsamadas ondas de armonía
Elevábanse a un tiempo en sus altares;
Y vibraban melódicos cantares
Los ecos de tu amor.
Parece ayer! ...de nuestros labios mudos
El suspiro de ¡"adiós" volaba al cielo,
Y escondías la faz en tu pañuelo
Para mejor llorar!
Hoy... Nos apartan los profundos senos
De dos inmensidades que has querido,
Y es más triste y más hondo el de tu olvido
Que el abismo del mar!
Pero, ¿qué es este mar? ¿qué es el espacio,
Qué la distancia, ni los altos montes?
Ni qué son esos turbios horizontes
Que mira desde aquí;
Si al través del espacio de las cumbres,
De ese ancho mar y de ese firmamento,
Vuela por el azul mi pensamiento
Y vive junto a tí:
Si yo tus alas invisibles veo,
Te llevo dentro del alma estás conmigo,
Tu sombra soy y donde vas te sigo
Por tus huellas en pos!
Y en vano intentan que mi nombre olvides;
Nacieron, nuestras almas enlazadas,
Y en el mismo crisol purificadas
Por la mano de dios.
Tú eres la misma aún; cual otros días
Suspéndense tus brazos de mi cuello;
Veo tu rostro apasionado y bello
Mirarme y sonreír;
Aspiro de tus labios el aliento
Como el perfume de claveles rojos
,y brilla siempre en tus azules ojos
Mi sol, ¡mi porvenir!
Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;
Mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,
Y ocultas a través de tu sonrisa
Lágrimas de dolor;
Pues mi recuerdo tu memoria asalta,
Y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
Y hasta el ambiente mismo que respiras
Te repite ¡mi amor!
¡oh! Cuando vea en la desierta playa,
Con mi tristeza y mi dolor a solas,
El vaivén incesante de las olas,
Me acordaré de ti;
Cuando veas que una ave solitaria
Cruza el espacio en moribundo vuelo,
Buscando un nido entre el mar y el cielo,
¡acuérdate de mí!
Mira en redor su soledad que aumenta
Como un péndulo inmovil: ya no cuenta
Las horas que se van!
No siente los minutos cadenciosos
A golpe igual del corazón que adora
Aspirando la magia embriagadora
De tu amoroso afán.
Ya no late, ni siente, ni aún respira
Petrificada el alma allá en lo interno;
Tu cifra en mármol con buril eterno
Queda grabada en mí!
Ni hay queja al labio ni a los ojos llanto,
Muerto para el amor y la ventura
Esta en tu corazón mi sepultura
Y el cadáver aquí!
En este corazón ya enmudecido
Cual la ruina de un templo silencioso,
Vacío, abandonado, pavoroso
Sin luz y sin rumor;
Embalsamadas ondas de armonía
Elevábanse a un tiempo en sus altares;
Y vibraban melódicos cantares
Los ecos de tu amor.
Parece ayer! ...de nuestros labios mudos
El suspiro de ¡"adiós" volaba al cielo,
Y escondías la faz en tu pañuelo
Para mejor llorar!
Hoy... Nos apartan los profundos senos
De dos inmensidades que has querido,
Y es más triste y más hondo el de tu olvido
Que el abismo del mar!
Pero, ¿qué es este mar? ¿qué es el espacio,
Qué la distancia, ni los altos montes?
Ni qué son esos turbios horizontes
Que mira desde aquí;
Si al través del espacio de las cumbres,
De ese ancho mar y de ese firmamento,
Vuela por el azul mi pensamiento
Y vive junto a tí:
Si yo tus alas invisibles veo,
Te llevo dentro del alma estás conmigo,
Tu sombra soy y donde vas te sigo
Por tus huellas en pos!
Y en vano intentan que mi nombre olvides;
Nacieron, nuestras almas enlazadas,
Y en el mismo crisol purificadas
Por la mano de dios.
Tú eres la misma aún; cual otros días
Suspéndense tus brazos de mi cuello;
Veo tu rostro apasionado y bello
Mirarme y sonreír;
Aspiro de tus labios el aliento
Como el perfume de claveles rojos
,y brilla siempre en tus azules ojos
Mi sol, ¡mi porvenir!
Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;
Mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,
Y ocultas a través de tu sonrisa
Lágrimas de dolor;
Pues mi recuerdo tu memoria asalta,
Y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
Y hasta el ambiente mismo que respiras
Te repite ¡mi amor!
¡oh! Cuando vea en la desierta playa,
Con mi tristeza y mi dolor a solas,
El vaivén incesante de las olas,
Me acordaré de ti;
Cuando veas que una ave solitaria
Cruza el espacio en moribundo vuelo,
Buscando un nido entre el mar y el cielo,
¡acuérdate de mí!
CESAR VALLEJO
POEMA LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan
fuertes...¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios;
como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma...
¡Yo no sé!
Son pocos; pero son...
Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de
bárbaros Atilas;
o lo heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas
de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el
Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos
son las crepitaciones de algún pan
que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro
nos dan una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida,
tan fuertes... ¡Yo no sé!
ENRIQUE LOPEZ ALBUJAR
POEMA SUFRE
"¡sufre, que el sufrimiento te hará fuerte!"
así te dije en una carta un día,
y así te repetí cuando partía,
triste, pero orgulloso de quererte.
Y hoy que sufro el suplicio de no verte,
"¡sufre!" me digo, y sufro, vida mía,
pero feliz, por que mi fe confía
en que he de unir tu suerte con mi suerte
y, ante esta idea, todo sufrimiento
indigno me parece un lamento
o de una imprecación contra el destino.
Que sufrir por amar nunca es vano,
pues, si el sufrir del hombre es muy humano
¡el sufrir la mujer, casi divino!
JAVIER ERAUD
POEMA EL RÍO
Yo soy un río, voy bajando por las piedras anchas,
voy bajando por las rocas duras,
por el sendero dibujado por el viento.
Hay árboles a mi alrededor
sombreados por la lluvia.
Yo soy un río, bajo cada vez
más furiosamente, más violentamente
bajo cada vez que un puente me refleja
en sus arcos.
Yo soy un río un río
un río cristalino en la mañana.
A veces soy tierno y bondadoso.
Me deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de día,
y de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.
Yo soy el río.
Pero a veces soy bravo y fuerte
pero a veces no respeto
ni a la vida ni a la muerte.
Bajo por las atropelladas cascadas,
bajo con furia y con rencor,
golpeo contra las piedras más y más,
las hago una a una pedazos interminables.
Los animales huyen,
huyen huyendo cuando me desbordo
por los campos, cuando siembro
de piedras pequeñas las laderas,
cuando inundo las casas y los pastos,
cuando inundo las puertas y sus corazones,
los cuerpos y sus corazones.
Y es aquí cuando más me precipito
Cuando puedo llegar a los corazones,
cuando puedo cogerlos por la sangre,
cuando puedo mirarlos desde adentro.
Y mi furia se torna apacible,
y me vuelvo árbol,
y me estanco como un árbol,
y me silencio como una piedra,
y callo como una rosa sin espinas.
Yo soy un río.
Yo soy el río eterno de la dicha.
Ya siento las brisas cercanas,
ya siento el viento en mis mejillas,
y mi viaje a través de montes, ríos,
lagos y praderas se torna inacabable.
Yo soy el río que viaja en las riberas,
árbol o piedra seca
Yo soy el río que viaja en las orillas,
puerta o corazón abierto
Yo soy el río que viaja por los pastos,
flor o rosa cortada
Yo soy el río que viaja por las calles,
tierra o cielo mojado
Yo soy el río que viaja por los montes,
roca o sal quemada
Yo soy el río que viaja por las casas,
mesa o silla colgada
Yo soy el río que viaja dentro de los hombres,
árbol fruta rosa piedra mesa
corazón corazón y puerta retornados,
Yo soy el río que canta al mediodía
y a los hombres, que canta ante sus tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.
Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas quebradas,
por los ignotos pueblos olvidados,
por las ciudades atestadas de público
en las vitrinas.
Yo soy el río
ya voy por las praderas, hay árboles a mi alrededor
cubiertos de palomas, los árboles cantan con el río,
los árboles cantan con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis brazos.
Llegará la hora en que tendré que
desembocar en los océanos,
que mezclar mis aguas limpias con sus aguas turbias,
que tendré que silenciar mi canto luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al alba de todos los días,
que clarear mis ojos con el mar.
El día llegará, y en los mares inmensos
no veré más mis campos fértiles,
no veré mis árboles verdes,
mi viento cercano, mi cielo claro,
mi lago oscuro, mi sol,
mis nubes, ni veré nada,
nada, únicamente el cielo azul,
inmenso, y todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas aguas apagadas.
Yo soy un río, voy bajando por las piedras anchas,
voy bajando por las rocas duras,
por el sendero dibujado por el viento.
Hay árboles a mi alrededor
sombreados por la lluvia.
Yo soy un río, bajo cada vez
más furiosamente, más violentamente
bajo cada vez que un puente me refleja
en sus arcos.
Yo soy un río un río
un río cristalino en la mañana.
A veces soy tierno y bondadoso.
Me deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de día,
y de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.
Yo soy el río.
Pero a veces soy bravo y fuerte
pero a veces no respeto
ni a la vida ni a la muerte.
Bajo por las atropelladas cascadas,
bajo con furia y con rencor,
golpeo contra las piedras más y más,
las hago una a una pedazos interminables.
Los animales huyen,
huyen huyendo cuando me desbordo
por los campos, cuando siembro
de piedras pequeñas las laderas,
cuando inundo las casas y los pastos,
cuando inundo las puertas y sus corazones,
los cuerpos y sus corazones.
Y es aquí cuando más me precipito
Cuando puedo llegar a los corazones,
cuando puedo cogerlos por la sangre,
cuando puedo mirarlos desde adentro.
Y mi furia se torna apacible,
y me vuelvo árbol,
y me estanco como un árbol,
y me silencio como una piedra,
y callo como una rosa sin espinas.
Yo soy un río.
Yo soy el río eterno de la dicha.
Ya siento las brisas cercanas,
ya siento el viento en mis mejillas,
y mi viaje a través de montes, ríos,
lagos y praderas se torna inacabable.
Yo soy el río que viaja en las riberas,
árbol o piedra seca
Yo soy el río que viaja en las orillas,
puerta o corazón abierto
Yo soy el río que viaja por los pastos,
flor o rosa cortada
Yo soy el río que viaja por las calles,
tierra o cielo mojado
Yo soy el río que viaja por los montes,
roca o sal quemada
Yo soy el río que viaja por las casas,
mesa o silla colgada
Yo soy el río que viaja dentro de los hombres,
árbol fruta rosa piedra mesa
corazón corazón y puerta retornados,
Yo soy el río que canta al mediodía
y a los hombres, que canta ante sus tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.
Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas quebradas,
por los ignotos pueblos olvidados,
por las ciudades atestadas de público
en las vitrinas.
Yo soy el río
ya voy por las praderas, hay árboles a mi alrededor
cubiertos de palomas, los árboles cantan con el río,
los árboles cantan con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis brazos.
Llegará la hora en que tendré que
desembocar en los océanos,
que mezclar mis aguas limpias con sus aguas turbias,
que tendré que silenciar mi canto luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al alba de todos los días,
que clarear mis ojos con el mar.
El día llegará, y en los mares inmensos
no veré más mis campos fértiles,
no veré mis árboles verdes,
mi viento cercano, mi cielo claro,
mi lago oscuro, mi sol,
mis nubes, ni veré nada,
nada, únicamente el cielo azul,
inmenso, y todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas aguas apagadas.
JOSÉ MARÍA EGUREN
POEMA LA NIÑA DE LA LAMPARA AZUL
Cual mágico sueño de Estambul,
Su perfil presenta destelloso
La niña de la lámpara azul.
Ágil y risueña se insinúa
Y su llama seductora brilla,
Tímela en su cabello la garúa
De la playa de la maravilla.
Con voz infantil y melodiosa
Con fresco aroma de abedul,
Habla de una vida milagrosa
La niña de la lámpara azul.
Con calidos ojos de dulzura
Y besos de amor matutino,
Me ofrece la bella criatura
Un mágico y celeste camino.
De encarnación en un derroche,
Hiende lea, vaporoso tul;
Y me guía a través de la noche
La niña de la lámpara azul.
JOSÉ SANTOS CHOCANO
POEMA BLASON
Soy el cantor de América autóctono y salvaje:
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramajecon
vaivén pausado de hamaca tropical...
Cuando me siento inca, le rindo vasallajeal Sol,
que me da el cetro de su poder real;
cuando me siento hispano y evoco el coloniaje
parecen mis estrofas trompetas de cristal.
Mi fantasía viene de un abolengo moro:
los Andes son de plata, pero el león, de oro,
y las dos castas fundo con épico fragor.
La sangre es española e incaico es el latido;
y de no ser Poeta, quizá yo hubiera sido
un blanco aventurero o un indio emperador.
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramajecon
vaivén pausado de hamaca tropical...
Cuando me siento inca, le rindo vasallajeal Sol,
que me da el cetro de su poder real;
cuando me siento hispano y evoco el coloniaje
parecen mis estrofas trompetas de cristal.
Mi fantasía viene de un abolengo moro:
los Andes son de plata, pero el león, de oro,
y las dos castas fundo con épico fragor.
La sangre es española e incaico es el latido;
y de no ser Poeta, quizá yo hubiera sido
un blanco aventurero o un indio emperador.
MANUEL ASCENCIO SEGURA
POEMA A LAS MUCHACHAS
Mostraran ceñudo el gesto,
Si, las hay;
Pero que de lo leído
Saquen el fruto debido,
No las hay.
Niñas pulidas y bellas
Como el sol y las estrellas, si, las hay;
Pero de tal condición
Que no tengan presunción,
No las hay.
Niñas que a los doce abriles
Cuentan las gracias a miles,
Si, las hay;
Pero que estén sin su mueble,
Aunque en edad tan endeble,
No las hay.
Niñas que a dos, tres y cuatro
Les dicen: yo te idolatro, si, las hay;
Pero niñas que por esto,
Logren casarse mas presto,
No las hay.
Niñas que, en la edad del amor,
A todos muestren rigor,
Si, las hay;
Mas que de tal entremés
No se arrepientan después,
No las hay.
Niñas solteras de treinta
Y aun de cuarenta y cincuenta,
Si, las hay;
Mas de genios tan extraños
Que no se quiten los años,
No las hay.
Niñas que a un tonto sonríen
Y de el a solas se ríen,
Si, las hay;
Mas niñas que por el pronto
No quieran pillar un tonto,
No las hay.
MANUEL GONZALEZ PRADA
POEMA EL AMOR
Si eres un bien arrebatado al cielo
¿Por qué las dudas, el gemido,
el llanto,la desconfianza, el torcedor quebranto,
las turbias noches de febril desvelo?
Si eres un mal en el terrestre suelo
¿Por qué los goces, la sonrisa, el canto,
las esperanzas, el glorioso encanto,
las visiones de paz y de consuelo?
Si eres nieve, ¿por qué tus vivas llamas?
Si eres llama, ¿por qué tu hielo inerte?
Si eres sombra, ¿por qué la luz derramas?
¿Por qué la sombra, si eres luz querida?
Si eres vida, ¿por qué me das la muerte?
Si eres muerte, ¿por qué me das la vida?
MARIANO MELGAR
YARAVI VUELVE QUE NO PUEDO
Vivir sin tus cariños:
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido
Mira que hay cazadores
Que con intento inícuo
Te pondrán en sus redes
Mortales atractivos;
Y cuando te hagan presa
Te darán cruel martirio:
No sea que te cacen,
Huye tanto peligro.
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido
Ninguno ha de quererte
Como yo te he querido,
Te engañas si pretendes
Hallar amor más fino.
Habrá otros nidos de oro,
Pero no como el mío,
Por quien vertió tu pecho
Sus primeros gemidos.
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu nido.
Bien sabes que yo, siempre
En tu amor embebido,
Jamás toqué tus plumas,
Ni ajé tu albor divino;
Si otro puede tocarlas
Y disipar su brillo,
Salva tu mejor prenda
Ven al seguro asilo.
Vuelve palomita,
Vuelve a tu nido.
¿Por qué, dime, te alejas?
¿Por qué con odio impío
Dejas un dueño amante
Por buscar precipios?
¿Así abandonar quieres
Tu asiento tan antiguo?
¿Con que así ha de quedarse
Mi corazón vacío?
Vuelve palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
No pienses que haya entrado
Aquí otro pajarillo:
No palomita mía,
Nadie toca este sitio.
Tuyo es mi pecho entero,
Tuyo es este albedrío;
Y por ti solo clamo
Con amantes suspiros.
Vuelve palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
Yo sólo reconozco
Tus bellos coloridos,
Yo sólo sabré darles
Su aprecio merecido,
Yo sólo así merezco
Gozar de tu cariño;
Y tú sólo en mí puedes
Gozar días tranquilos.
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
No seas, pues, tirana;
Haz ya paces conmigo:
Ya no de llorar cansado
Me tiene tu capricho.
No vuelvas más, no sigas
Tus desviados giros;
Tus alitas doradas
Revuelvan, que ya expiro.
Vuelve, que ya no puedo
Vivir sin tus cariños,
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
RICARDO PALMA
LA POESIA
¿Es arte del demonio o brujería
Esto de escribir versos? – le decía,
No se si a Campomar o a Víctor Hugo
Un mozo de chirumen muy sin jugo.
Enséñame maestro, a hacer siquiera
Una oda chapucera.
“Es preciso no estar en sus cabales,
Para que un hombre aspire a ser poeta,
Pero en fin, es sencilla la receta.
Forme usted líneas de medidas iguales
Luego en fila las junta
Poniendo consonantes en la punta”.
-¿Y en el medio?- “¿en el medio?
¡Ese es el cuento!
Hay que poner talento”.
¿Es arte del demonio o brujería
Esto de escribir versos? – le decía,
No se si a Campomar o a Víctor Hugo
Un mozo de chirumen muy sin jugo.
Enséñame maestro, a hacer siquiera
Una oda chapucera.
“Es preciso no estar en sus cabales,
Para que un hombre aspire a ser poeta,
Pero en fin, es sencilla la receta.
Forme usted líneas de medidas iguales
Luego en fila las junta
Poniendo consonantes en la punta”.
-¿Y en el medio?- “¿en el medio?
¡Ese es el cuento!
Hay que poner talento”.
MARTIN ADAN
POEMA TODO LO IGNORAS PORQUE ERES DE PIEDRA
Todo lo ignoras porque eres de piedra,
Todo lo ignoras porque es otro el día;
Todo lo ignoras porque es otro el río
Y sigue siendo así todavía.
Nada es realidad sino de enfrente,
Y con mi mano encima, encallecida.
¡Cuando tú sepas por qué fue la ojera,
Cuando tú sepas lo de mi camisa,
Cuando lo sepas todo, piedra noble
Si lo sabes, piedra caída!
Vivían todos porque ya vivían
¡Que todo caiga, Piedra!
Todo reviva,Todo sea,
La otra vez, el tiempo
El tiempo de minúscula e idea,
Este cuerpo de estar
Y de amor de belleza
¡No reparar en rima, Todo sea del pie a la cabeza!
¡Toda la letra que no se interpreta
Todo será en un día,
Mi sudor de verano,
Y mis pies sucios,
Y mi vida por de fuera
Todo lo que no soy y que me viva
Ya lo sé, yo enfermo de mi primavera!
(De La mano desasida)
LEONIDAS YEROVI
POEMA RECONDITA
Como un ir y venir de ola de mar,
así quisiera ser en el querer:
dejar a una mujer para volver,
volver a una mujer para empezar.
Golondrina de amor en anidar
huir en cada otoño del placer
y en cada primavera aparecer
con nuevas tibias alas que brindar.
Esta, aquella, la otra... Confundir
de tantas dulces bocas el sabor
y al terminar la ronda repetir.
Y no saber jamás cuál es mejor
y siempre, ola de mar, ir a morir
en sabe Dios qué playa del amor.
Como un ir y venir de ola de mar,
así quisiera ser en el querer:
dejar a una mujer para volver,
volver a una mujer para empezar.
Golondrina de amor en anidar
huir en cada otoño del placer
y en cada primavera aparecer
con nuevas tibias alas que brindar.
Esta, aquella, la otra... Confundir
de tantas dulces bocas el sabor
y al terminar la ronda repetir.
Y no saber jamás cuál es mejor
y siempre, ola de mar, ir a morir
en sabe Dios qué playa del amor.
JUAN DEL VALLE Y CAVIEDES
POEMA "LOS PRIVILEGIOS DEL POBRE"
El pobre: Es tonto, si calla;
y si habla: Un majadero
si sabe, es hablador
y si es afable:Un embustero,
si es cortés: Entrometido
y cuando no sufre: Soberbio
cobarde, cuando es humilde
y loco cuando es resuelto.
Si es valiente: Temerario
y presumido si es discreto.
Adulador si obedece
y si se excusa: Grosero
Si pretende es atrevido;
si merece es sin aprecio
su nobleza es nada vista
y su gala: Sin aseo;
si trabaja codicioso
y por el contrario extremo
un perdido si descansa...
!Miren si son privilegios!
BLANCA VARELA
POEMA CANTO VILLANO
y rebozando alegría,
me pides morena mía
que te diga... ¿Qué es un beso?
Un beso es el eco suave de un canto,
que más que canto es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.
Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.
Un beso es...no seas loca...
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!
Y de pronto la vida en mi plato de pobre
Un magro trozo de celeste cerdo aquí en mi plato
Observarme observarte
O matar una mosca sin malicia
Aniquilar la luz o hacerla
Hacerla como quien abre los ojos y elige
Un cielo rebosante en el plato vacío
Rubens cebollas lágrimas
Más rubens más cebollas
Más lágrimas tantas historias
Negros indigeribles milagros
Y la estrella de oriente emparedada,
Y el hueso del amor tan roído
Y tan duro brillando en otro plato
Este hambre propio existe
Es la gana del alma que es el cuerpo
Es la rosa de grasa que envejece
En su cielo de carne mea culpa ojo turbio
Mea culpa negro bocado mea culpa divina náusea
No hay otro aquí en este plato vacío
Sino yo devorando mis ojos y los tuyos.
FEDERICO BARRETO
POEMA EL BESO
Poema que es el beso,so, poema de besos de amor.
Con candoroso embelesoy rebozando alegría,
me pides morena mía
que te diga... ¿Qué es un beso?
Un beso es el eco suave de un canto,
que más que canto es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.
Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.
Un beso es...no seas loca...
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!
NICOMEDES SANTA CRUZ
POEMA A COCACHOS APRENDI
A cocachos aprendí
mi labor de colegial
en el Colegio Fiscal
del barrio donde nací.
Tener primaria completa
era raro en mi niñez
(nos sentábamos de a tres
en una sola carpeta).
Yo creo que la palmeta
la inventaron para mí,
de la vez que una rompí
me apodaron ?mano´e fierro?,
y por ser tan mataperro
a cocachos aprendí.
Juguetón de nacimiento,
por dedicarme al recreo
sacaba Diez en Aseo
y Once en Aprovechamiento.
De la Conducta ni cuento
pues, para colmo de mal
era mi voz general
?¡chócala pa la salida!?
dejando a veces perdida
mi labor de colegial.
¡Campeón en lingo y bolero!
¡Rey del trompo con huaraca!
¡Mago haciéndome ?la vaca?
y en bolitas, el primero…!
En Aritmética, Cero.
En Geografía, igual.
Doce en examen oral,
Trece en examen escrito.
Si no me ?soplan? repito
en el Colegio Fiscal.
Con esa nota mezquina
terminé mi Quinto al tranco,
tiré el guardapolvo blanco
(de costalitos de harina).
Y hoy, parado en una esquina
lloro el tiempo que perdí:
los otros niños de allí
alcanzaron nombre egregio.
Yo no aproveché el Colegio
del barrio donde nací…
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