Un artículo
de EL PAÍS, premio Morales de periodismo feminista
El galardón, dotado con
4000 euros, recae en 'Política eres tú', de la barcelonesa Patrícia
Soley-Beltran.
La escritora Patrícia
Soley-Beltran.
Pocos son los que hoy recuerdan a María Luz Morales (A
Coruña, 1889-Barcelona, 1980) y, sin embargo, en su época se la conoció como la
gran dama de la prensa. No en vano, además de escritora y exitosa adaptadora de
clásicos para niños, fue una periodista de indiscutible prestigio, así como la
primera mujer que dirigió en España un diario de alcance nacional. Eso sucedió
en plena Guerra Civil, cuando Gaziel, a la sazón director de La
Vanguardia, tuvo que
marcharse camino del exilio.
A
petición del comité obrero del periódico, y aunque fuera por entonce la única
mujer en la redacción, Morales ocupó la dirección durante unos meses, a caballo
entre 1936 y 1937, cosa que le valió ser represaliada por el régimen
franquista: recluida en uno de esos improvisados conventos-cárcel, le fue
retirado el carnet de prensa, lo que dificultó que siguiera cultivando su
talento como crítica de cine, teatro y moda.
En su
memoria, y para que su figura no caiga en el olvido, ha nacido un premio de
periodismo que lleva su nombre, convocado por el Observatorio Cultural de
Género, la Obra Social La Caixa y, claro está, La
Vanguardia. Un premio, entregado ayer lunes en CaixaForum
Barcelona, destinado a galardonar trabajos que versen sobre el empoderamiento
femenino y, en definitiva, que tiene como objetivo principal impulsar un
periodismo comprometido destinado a reflexionar acerca del papel de las mujeres
en la actual coyuntura histórica, un papel ampliamente reivindicado y peleado,
pero lamentablemente aún subsidiario.
En esta
primera edición del premio María Luz Morales, que ha recibido casi 180 trabajos
publicados en las cuatro lenguas del Estado, y en diferentes medios de
comunicación y soportes, ha resultado premiado el artículo Política eres tú, de Patrícia Soley-Beltran, colaboradora de EL PAÍS, doctora en
Sociología del género y ganadora del último premio Anagrama de Ensayo con ¡Divinas!
Modelos, poder y mentiras. Aparecido en las páginas de El
País Semanal el
pasado diciembre, le ha merecido los 4.000 euros de dotación. Con el accésit,
dotado con 1.500 euros, ha resultado premiado el trabajo del periodista Benoît
Cros Las
abuelas solares de Burkina Faso, publicado
en eldiario.es y que nos acerca a un proyecto de emprendimiento en el que
mujeres analfabetas de entre 40 y 50 años, allí llamadas "abuelas" a
causa de la corta esperanza de vida, se dedican a armar paneles fotovoltaicos.
En el
texto firmado por Soley-Beltran se celebra la acción política ejercida por las
mujeres en sus diversas manifestaciones, desde Lisístrata hasta las aguerridas
chicas de Femen, pasando por las sufragistas o las incombustibles madres de
Mayo. La autora nos recuerda que el cambio social viene propiciado por
iniciativas individuales o colectivas "que caen en los intersticios de lo
que tradicionalmente consideramos Política, en mayúscula"; espacios de
solidaridad que se alejan de las formas tradicionales de articular la
participación y en los que las mujeres se movilizan en aras de un mundo mejor,
ante todo más justo.
Si María
Luz Morales levantara la cabeza, a ella que fue entre otras cosas directora de
la sede barcelonesa de la Residencia de Señoritas —homónima de la que María de
Maeztu dirigió en Madrid—, que fue también amiga personal de la premio Nobel de
Literatura Gabriela Mistral —quien se hospedaba allí cuando visitaba la Ciudad
Condal— y que incluso paseó del brazo de Madame Curie —como cuenta en el
valioso libro de recuerdos Alguien a quien conocí—,
la palabra "empoderamiento" es seguro que le sonaría extraña. Mas no
cabe duda que su esforzada carrera en un mundo de hombres, no exenta de
sinsabores aunque le valiera el aprecio casi unánime de su profesión, convierte
a esta gallega afincada en Cataluña en un emblemático ejemplo de
empoderamiento.
Protagonista
de la transformación del siglo XX, comparte con otras muchas mujeres haber
podido materializar sus ansias de superación, tan largamente anestesiadas por
la historia adversa a la condición femenina. Como ella, que fue excepción en su
tiempo, aquí y ahora las mujeres ejercemos profesiones diversas e incluso
llegamos a alcaldesas, lo que no quita que las brechas de género sigan siendo
notables; mientras, en países menos desarrollados como Burkina Faso queda aún
por andar un camino muy largo. Tanto en un caso como en otro, premios como este
se revelan útiles y necesarios.
FUENTE:
LOS CAZADORES DE CONCURSOS LITERARIOS XXII (ENERO 2016) Publicado el concurso, el domingo 27 de enero del 2015 en el
Blog.
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