La leonesa María Cureses gana el XXIV
Certamen de Relatos Fundación GACETA
Jurista de profesión, la autora paga con “Candil
de Sapo” la deuda que contrajo un día que bajó a la mina
María Cureses, leonesa e inspectora de
Trabajo y Seguridad Social, ha logrado el primer premio del XXIV Certamen de
Relatos de la Fundación GACETA, dotado con 3.000 euros, con la obra titulada
“Candil de Sapo”.
“Con “Candil de Sapo”,
afirma la autora que concurrió con el seudónimo de Emma Zunz, “pago una deuda
largamente aplazada: la que contraje el día que bajé a un pozo minero y pasé un
día entero allá dentro, con esos hombres valientes en muchos sentidos, entre
ellos el personal y el social.
“En León”, prosigue María
Cureses, que reside en Madrid, “la mina estaba presente aunque no pertenecieses
directamente a ese mundo: los propietarios que, poco a poco, dejaban de serlo,
los silicóticos, las huelgas, las conquistas sociales, los cohetes el día de
Santa Bárbara, los encierros en los pozos, los accidentes.... Pero cuando lo
ves y lo respiras, tienes que escribirlo. Es literalmente otro mundo”.
María Cureses es inspectora
de Trabajo y Seguridad Social, “quizá porque los temas sociales me interesan”.
“Y a la minería “, asegura la autora de “Candil de Sapo”, “se deben muchas de
las conquistas sociales y sindicales que hoy disfrutan todos los trabajadores”.
La ganadora del XXIV
Certamen de Relatos de la Fundación GACETA también trabajó unos cuantos años en
la Unión Europea en Bruselas, y “llevaba, cómo no, los temas de ayudas a la
minería. Era la “charbonnière” de mi departamento”.
El jurado formado por
Manuel Pérez, José Luis de Andrés, Juan Francisco Blanco, Santiago Juanes y
Julián Ballestero ha seleccionado “Candil de Sapo” entre 620 trabajos
presentados al certamen, procedentes de 27 países, siendo los remitentes más
numerosos de España, Argentina, Portugal, Perú, Chile, Cuba, Colombia, Bolivia,
Costa Rica, República Dominicana, Brasil, Venezuela, Francia, EE UU, Canadá e
Italia.
Para el jurado, según
comenta Julián Ballestero, director de LA GACETA, “Candil de Sapo” es un relato
comprometido con un problema actual, el final de la minería en Castilla y León.
Además, María Cureses de la Vega, “demuestra un gran dominio del lenguaje, de
las técnicas y materiales que se utilizan en la explotación minera, además de
un rico e intenso poder expresivo”.
“Por
supuesto que me tienta convertir este relato en una novela”
Jurista de profesión, madre
de familia y aficionada a la literatura, la historia y el cine. María Cureses
asiste con regularidad a talleres de escritura y a una escuela de escritores
donde ha cursado las disciplinas de Escritura Creativa, Relato Avanzado, Novela
y Guion. Concurre con alguna frecuencia a certámenes literarios, en los que ha
obtenido algunos primeros premios (Premio Orola 2019, Premio Torre Pacheco
2019, Premio San Lorenzo de Sevilla 2018, Premio Adolfo Rodríguez 2017).
–¿Le
tienta convertir “Candil de Sapo” en novela?
–Por supuesto. Echo de
menos, en la novela actual, el tema fascinante de la minería. Después de la
“cuestión social” que trataron tanto los realistas, no existen en España muchas
novelas de mineros, al contrario que en otros países (Perú, Bolivia, Chile, y
en menor medida México), donde el mundo de la minería ha sido muy frecuentado.
–¿Desde
cuándo escribe?
–Escribo desde hace años.
Me gusta y desde que mis hijos han crecido, tengo un poco más de tiempo para
hacer las cosas que antes no podía porque el oficio de madre es el más
absorbente del mundo. No tengo una rutina fija para escribir. Trabajo muchas
horas en el ordenador haciendo informes, investigación de accidentes, actas...
y mi descanso de los expedientes es cambiar de pantalla y retomar un relato que
he empezado hace días o semanas. Al principio, es siempre una idea que cuesta
atrapar; luego, es la idea la que te atrapa a ti. Se convierte en obsesión
hasta que logras terminarlo.
–Al
presentarse a este concurso ¿buscaba más visibilidad?
–Con los concursos buscas
saber si lo que escribes le interesa a alguien. Buscas que buenos lectores,
lectores con criterio (menos benévolos que la familia o los amigos), te digan:
“Esto está bien”. Supongo que es una forma de visibilidad.
–Lleva
cuatro años acudiendo a talleres de escritura.
–Definitivamente, se
aprende muchísimo. Puedes tener inclinación por la escritura o hasta cierta
facilidad para ello, pero la técnica, el andamiaje de un relato... eso te lo
tiene que transmitir un profesional.
–Quiere
publicar.
–Como todo escritor en
ciernes, me gustaría publicar y hacer llegar a un cierto número de personas mis
textos. Creo que el oficio de escritor es dar cuenta del tiempo que le ha
tocado vivir. Aunque cuente mentiras, serán las mentiras de su tiempo.
LOS CAZADORES DE CONCURSOS LITERARIOS LXXXVI (SEPTIEMBRE 2019) Publicado el concurso, el jueves 15 de agosto del 2019 en el
Blog.
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