CONOCIENDO
EL LABERINTO
Quién
osa zurrar las blandas porciones
que
maduraron con mil devociones.
¿Lo
sé yo?...
No
lo sé, simplemente me presentaron el mundo al revés
convidándome
a penetrar el largo laberinto, adentrando
mis
bisoñas vivencias en los pasillos que van a través
de
ciegos caminos donde siempre estarán los rostros esperando
resplandecer
como luciérnagas, invitándome a coger
sus
espinosas o algodonales alas sin rumbo y a ciegas.
Quién
me enseñó las ansiadas visiones
que
impartieron con tantas ilusiones.
¿Lo
sabes tú?...
Claro
que sí, pues me acompañas sin desfallecer nueve siglos,
nueve
décadas y nueve años vagando por valles noctámbulos
que
alimenten la imaginación, hasta encontrar el gran portal.
Muestra
tu luz sin más prórrogas y libera al excéntrico albedrío
capaz
de envolver con pétalos o espinas el cuero más duro,
las
ansias más tenues o los caprichos íntimos de algún ser.
Quién
me pone las pesadas cadenas
o
me dispensa para volar libre.
¿Lo
saben aquellos?...
Tal
vez, aunque callados, no dan alarido al cielo que valga
la
pena escuchar, pues el viento, mal compañero, las aleja
por
recónditos lugares haciendo suyo el tiempo y el espacio,
sin
dar tregua se adueña por completo de lo más esencial de mí ser
que
lucha encarnizadamente para volver a remontar
los
cielos abiertos del eterno paraíso de las palabras.
No
lo sé yo,
si
lo sabes tú,
y
ellos, tal vez lo saben…
GAVIOTAS
AL VUELO
Allá
van esas gaviotas al vuelo
extendiendo
sus largas alas grises,
son
dignas hijas del ingenuo Ícaro
escapadas
de largos avatares.
Ellas
velaron por aquellos cuerpos
envueltos
en arenas transparentes
entregados
al roce delicado
del
sublime amor rítmico y perfecto.
Corremos
saludados por el viento
adueñándonos
del espacio eterno
que
nos invita a levantar el vuelo.
Nuestros
corazones son impregnados
con
perpetuos y puros sentimientos
que
se confluyen en el mar de amores.
* Gracias por leer mis poesías y ser parte de mi mundo.
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