La
madera hallada en el prado bendito
va
tomando forma gracias al escultor,
hacedor
de los maravillosos secretos
que
confunden a las manecillas del tiempo.
Esta
noche, no la más larga de la vida:
La
soledad, inquieta; la presencia, añora.
Los
sentimientos se conjugan en un baile
donde
el bien y el mal se contornean sin temor.
La
creación está presa en su grandiosa cárcel
a
la espera de estallar en miles de sueños
que
se hagan realidad, en surcos lógicos
portadores
de excitaciones variopinto.
Quien
te vio nacer quedo impregnado de magias
extrañas;
pero nunca ajenas, al mostrarse
parte
de un todo que se agranda lentamente
cual
capas de lava que recorren la tierra.
Aquello
va quemando las entrañas ciegas
colmando
de ímpetu a cada paso que surge
el
palpitar iluminado de las venas,
casadas
en santísimas coreografías.
Es
así que el viento me trae tu dulce voz,
esa
que me aviva la respiración cuando
muerto
navego por aguas del Aqueronte,
desafiante,
sin temor alguno al barquero.
Nos
seduce con tan elocuente razón
que
hasta las sirenas se someten plácidas
al
embrujo arrollador del mejor regalo
que
cualquier dios se haya imaginado crear.
Te
imaginas entonces que simple humano
lo
podrá controlar, sumergiendo tormentas
de
pensamientos en el envase universal
que
va acomodando cada pasión voraz.
Jamás
será el final de tan candente fuego
sumido
en besos y abrazos de enamorados.
No
impacienten. Esperen, sentados en tronos,
las
imágenes que contienen los espejos.
Las llamas se reflejan conscientes de todo
lo
aprendido en el curso de generaciones
transfigurando
para enriquecer los hechos
que
componen los orígenes de la musas.
Quien
puede acallar tan solemne inspiración
para
trascender más allá de lo visible,
volando
ahí, por la cuesta de lo invisible;
Pues,
tan sólo, aquel que supo entender la vida.
Me
uno a la danza que ilumina el ancho mar
sabedor
que nunca moriré entre esos brazos
espumosos
de eterna sal. Los ojos de ellas,
las
hermosas Nereidas. Velaran por mí.
Salvaguardado
está el camino del buen poeta.
El
alimento rebosa por los rincones
más
insospechados. Desde amargos deleites,
hasta
exquisitos manjares propio de dioses…
* Gracias por leer mis poesías y ser parte de mi mundo.
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