HOMO
Las
agujas del reloj marcaron en el tiempo
toda
presencia perpetua de una larga vida,
atrás
quedaron las difuntas semillas rotas.
Muertos
los tristes impuros reinará el nuevo orden
atrapado
en el extraño dilema creador.
Las
ondulantes letras conviven en el campo
libremente
desnudos, ajenos a la ronda
observadora
de quien invento las recetas
añoradas
eternamente y que les impiden
desaparecer
secando tan fatal sudor.
Por
fin reconoces en el espejo aquel cuerpo
donde
poder depositar la esencia cortada
en
miles de pedazos al antojo de vastas
civilizaciones
hundidas que no conceden
tregua
ninguna para un complejo contendor.
PERFIDUS
Maldita
traición que acechabas
oculto
en un lugar perfecto
por
senderos en blanco y negro
que
pueblan caprichos infieles.
Te
ríes sin compasión del hijo
que
cayó rendido a tus besos…
¡El
puñal se clavó en la espalda!
sin
pensar salió de la nada…
Maldito
desleal que regresas
para
poner duras espinas
en
la cabeza de los hombres
que
renacieron inocentes.
Nos
arrastra el mal proceder
que emana
de tu negro ser
a lo
más hondo del abismo
ahogando
tu maltrecho lomo.
SALVACIÓN
El
horizonte se abre ante los ojos sangrientos
buscando
en su interior indicios de salvación.
Una
pequeña luz nos ilumina
en
el largo camino del Señor,
nos
libra de los antojos
burdos
de la maldición
quitándonos
la pena
más
triste sin temor.
¡Mundo!
Se volvió savia…
No
quiero más paraísos.
¡Aleluya!
Gritad todos
que
es el momento de vida.
Han
sido eliminados de las mentes
todo
vestigio de claros pecados.
El Nuevo
Orden renacerá en todo los rincones
esperando
que nunca resurjan los defectos…
EPÍLOGO
Hoy jamás será el final de la
historia por que todo se transforma.
Si en algún momento estuvimos o
estamos al borde de la catástrofe,
siempre habrá quien tranquilice al
huracán con suaves rachas de viento.
Escucha la voz que te llama desde lo
más recóndito del alma.
Dulce melodía que te revive y
transforma el pensamiento de tu fe,
aquella que te confunde y te arrastró
por los caminos del lamento.
No es tiempo de suplicio, más bien
tiempo de cambiar las cosas que matan…
Es así que el cambio salga de nuestro
interior, pues ellos se
percatan.
La armonía renacerá de las
profundidades remotas también.
Así sea AMÉN…
FIN
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