Carlos Felipe Martell: de izquierda a derecha y de derecha a izquierda
El escritor palmero, que es profesor de Estadística en la Universidad de La Laguna (ULL), se ha alzado con el XI Premio Internacional de Literatura Palindrómica Rever
Carlos Felipe Martell
“El concurso está dirigido a todos los palindromistas del mundo, que no somos demasiados”, comenta el profesor y escritor palmero. “Al Club Palindromista Internacional -detalla- pertenecemos unos 80, españoles y sudamericanos, también portugueses… Todos estamos empeñados en mantener viva esta rareza, pues no deja de ser eso”. “Cada año el certamen plantea ciertas restricciones: a lo mejor te pide que escribas un soneto o una redondilla, siendo fiel a su estructura y a la métrica; o que redactes un diálogo o una pregunta con su respuesta… Llevo participando siete años y había obtenido tres menciones especiales (2014, 2019 y 2020), por lo que estoy muy contento de ganar esta vez, aunque aún no lo he asimilado del todo”.
NOVELAS
“Me adentré en los palíndromos porque quería escribir una novela”, precisa Carlos Felipe Martell. “No tenía nada que contar, pero tenía ganas de escribir. Entonces se me ocurrió que, en lugar de partir de un argumento, usaría una serie de recursos para ir tejiendo el relato”, recuerda. “Me inventé 50, 60, 70 palíndromos, frases capicúas que en teoría no tenían nada que ver entre sí, y las convertí en las piezas de un puzle”, detalla. “Por ejemplo, en el índice figuraban frases que incluían las palabras cero, uno, dos, tres…, correspondientes a cada capítulo. De manera que si el capítulo seis se titulaba Si es oca saco seis, en él tenía que hablar del juego de la oca, y si el siete era Sal siete islas, esa frase me obligaba a ambientar la historia en las Islas Canarias. De ese modo, armando el rompecabezas fui haciendo la novela”. Una primera novela, El asesino del rap (Nova Casa Editorial, 2014), que devino en trilogía, Palíndromo -casi no podía llamarse de otra forma-, y se completó con San Sebastián y Cupido (2016) y La morada de los osados (2017). “Son pura intriga, novelas puzle con muchas puertas abiertas que se cierran al final de un modo bastante intelectual, en el sentido de cómo han sido construidas”, argumenta su autor.
Aunque esa no fue la primera incursión formal en la literatura del profesor universitario. “Estaba leyendo un bestseller de intriga y cuando iba por la mitad le metí un patadón. Las novelas de intriga tienen que mantenerte con los ojos como platos desde el principio y hasta el final, y esa me había decepcionado. Entonces me animé a escribir una. Aquí también mi problema era que no tenía nada que contar, por lo que decidí echar mano de los recursos de mi vida: había compuesto un montón de canciones, así que las crucé; metí en la novela un crucigrama; el índice es igual que el de un manual universitario de estadística… La novela se llama Los privilegiados del azar (2013), está traducida al portugués y ha funcionado muy bien”, apostilla. “Además, tiene una segunda parte, Los custodios de la Virgen (2015), cuya trama gira en torno a la Virgen de las Nieves”, señala el escritor palmero, quien a esta producción literaria añade una obra más, Una semana… ¿de básquet? (2016), un relato crítico con el comportamiento de los adultos en el deporte base, que la Federación Canaria de Baloncesto emplea como lectura obligada en sus cursos de entrenadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario