Adiós a Pedro Lemebel, la
"yegua" literaria que rompió tabúes en Chile
Si España tiene a Almodóvar, Chile cuenta con su propio Pedro: Lemebel.
Contaba.
Hasta la madrugada del viernes.
"Escritor,
artista visual, drogadicto, homosexual, traficante. Pa' puta no me dio, pero he
hecho de todo", según su propia definición, el escritor y principal
exponente de la crónica urbana chilena murió de cáncer de laringe a los 62
años.
Nació
como Pedro Mardones Lemebel. En lo artístico adoptó el apellido de su madre
como compromiso hacia lo femenino. Creció en "La Legua" una de las
"poblaciones" –villas miseria, tugurios, chabolas, favelas- más
populares de la capital chilena por lo que conoció en primera persona la
realidad de la pobreza y marginalidad del país.
Hablando desde su diferencia
Estudió
pedagogía en Artes Plásticas durante los primeros años del gobierno de facto de
Augusto Pinochet, pero no duró mucho en las aulas.
"Era
un profesor de arte libertario, que ponía en aprietos a las direcciones de los
establecimientos. Además, el tema de la homosexualidad era bastante castigado,
que se penaba con la cárcel, había una discriminación muy fuerte", le
comenta a BBC Mundo Héctor Núñez, amigo cercano del escritor.
En
1986, en medio de una reunión clandestina de disidentes, Lemebel leyó por
primera vez "Hablo por mi diferencia", texto que a través de los años
se convirtió en un manifiesto de la comunidad gay.
"¿Qué
harán con nosotros, compañero? ¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos con
destino a un sidario cubano? ¿Nos meterán en algún tren de ninguna
parte?", dice.
El escrito comenzó a esparcirse rápidamente entre las
fiestas y reunionesunderground de los movimientos de vanguardia, activos opositores al
gobierno de Pinochet.
Yegua disidente
En
diciembre de 1987, cuando Chile se preparaba para el plebiscito que sacó a
Pinochet del poder, Lemebel formó junto a Francisco casas el colectivo
artístico "Yeguas del apocalipsis".
El
dúo realizaba intervenciones que tenían como protagonistas la transgresión y la
identidad de género. "Eran una crítica profunda desde el cuerpo homosexual
hacia la dictadura militar" para "denunciar las violaciones a los
derechos humanos y generar un debate", explica Núñez.
Llegamos con impermeables, nos pusimos los tacos y
las plumas rápido y extendimos un lienzo que decía: ‘Homosexuales por el
cambio’. Fueron algo así como tres minutosPedro Lemebel
Entre
ellas el ingreso a la Universidad de Chile desnudos, montados en una yegua, o
la interrupción de una actividad pública del candidato –y luego primer
presidente tras el retorno a la democracia-,
Patricio Aylwin para colocar un lienzo, travestidos.
"Llegamos
con impermeables, nos pusimos los tacos y las plumas rápido y extendimos un
lienzo que decía: ‘Homosexuales por el cambio’. Fueron algo así como tres
minutos. (…) Nos bajamos y nos echaron a patadas", recordó Lemebel en una
entrevista publicada en 2006.
El literato del submundo
A
partir de los 90 Lemebel comienza a publicar una serie de crónicas urbanas.
Sus escritos describían sin anestesia lo más underground de la sociedad chilena.
Drogadicción, pobreza, travestismo y homosexualidad eran temas recurrentes de
la narrativa del autor.
En
1995 publica "La esquina es mi corazón", su primer libro que recopila
algunas de ellas.
Pero
fue su colega de letras y amigo Roberto Bolaño quien impulsó la
internacionalización de su literatura.
Jorge
Herralde, director de le editorial barcelonesa Anagrama, le encargó a Bolaño a
provechar un viaje a Chile e investigar sobre escritores interesantes para
incluir en su catálogo.
"Volvió
y me dijo que el mejor era Pedro Lemebel. El más imaginativo, el más
provocativo, el más valiente. Me contó sobre sus performances con las Yeguas
del Apocalipsis y me trajo sus tres libros de crónicas", le cuenta
Herralde a BBC Mundo.
En
2000 Anagrama publicó "Loco afán: crónicas del sidario" y
posteriormente su única novela: Tengo miedo torero, una historia de amor
homosexual entre un combatiente de la guerrilla armada contra Pinochet y
"la loca del frente", un homosexual afeminado que vive en una
"población" y se gana la vida bordando manteles.
La polémica por el premio nacional
En
2014 fue protagonista de una polémica literaria respecto del Premio Nacional de
Literatura cuando se formó un movimiento que impulsó a Lemebel como candidato.
Éste
se extendió rápidamente en redes sociales. Sin embargo el jurado finalmente optó
por Antonio Skármeta, autor de "El cartero de Neruda".
"Nunca
fui reina de ninguna primavera, queridos amigos. Y los premios nacionales hay
que recibirlos y soportar su fetidez oficial", aseguró Lemebel luego de
conocerse la decisión.
El 7
de enero de 2015 Lemebel realizó su última aparición pública, en un homenaje
organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Menos
de un mes después sus amigos y familiares cercanos dieron a conocer la noticia
de su muerte a través de un comunicado: "Pedro estuvo aquejado largo
tiempo por un cáncer a la laringe y dio una gran lucha contra esta terrible enfermedad, que pretendió dejarlo sin voz, pero
¿quién podría dejar sin voz a Lemebel? Su voz existe y persiste".
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