Un pedazo de tiempo
Alfons Cervera es maestro en combatir el
absentismo de la memoria y certificar que el tiempo se llena de ausencias
De lo que sucedió una noche y en los
días que vinieron después trata esta novela. De eso y de aprender sobre la
memoria. En esta historia de olvido, culpa y miedo se escucha: “La memoria no
es más que un pedazo de tiempo y no el tiempo entero”. Añadiría que esos
pedazos se reparten de manera aleatoria entre quienes saben o protagonizan un
hecho. O lo sufren y padecen. En el verano de 1971 sitúa Alfons Cervera (Gestalgar, La Serranía,
Valencia, 1947) Todo lejos. Y en el presente con sus
protagonistas de entonces. También está Los Yesares, el territorio de ficción
tan real, potente y reconocible de sus novelas. EnTodo lejos, la música es palanca que mueve el
universo del pasado: Adiós, linda Candy, Recuerdo de verano
o Let it be… Y como ya es habitual en la escritura de este autor,
no son solo las palabras las que atrapan sino las imágenes que va construyendo,
como si una pantalla iluminara las páginas del libro. Están las manos. La que
se agita para decir adiós, y que asoma por la ventanilla del Gordini. El puño
que golpea la cara ya desfigurada, el miedo en los dedos entrelazados de quien
espera ser torturado. Las manos juntas de quienes se quieren y esas otras manos
que se tienden y no son atendidas.
Alfons Cervera es maestro en combatir
el absentismo de la memoria, lo ha demostrado en su contar de años y
libros sobre Los Yesares y sus habitantes (cinco de sus novelas, las que
conforman el “ciclo de la memoria” se recogen en un único tomo titulado Las
voces fugitivas. Editado por Piel de Zapa), y como autor que
certifica que el tiempo se llena de ausencias está en permanente estado de
alerta y desconfía del precoz ensimismamiento de quienes desean no recordar
aunque no hayan olvidado. Ese estar alerta es firme e intenso en Todo
lejos, donde se señala un hecho y hay entrevistas a quienes lo
protagonizaron, personajes reales o no, testigos unos, conocedores después de
lo que pasó, algunos otros. El autor escucha y lo transforma en novela, en
memoria fresca, y revierte la mirada invisible. Les hace hablar, una y otra
vez. Masticar para luego rumiar. Todo lejos es una historia visual y auditiva que
también habla del peor miedo. Del miedo a compadecer y a saber. La memoria como
intemperie, no como refugio, eso se dice en la novela. Ese cerrar la ventana y
evitar el saludo o el abrazo. Ese convertir la memoria en territorio de nadie.
Como lo sucedido aquella noche y en los días que vinieron después. Cervera
quiere evitarlo. Así que ustedes no pierdan la ocasión de asomarse a aquel
tiempo. Escuchen Let it Be mientras leen. Después busquen a la Orquesta
Villamar y su Recuerdo de verano. Está en YouTube.
FUENTE: EL PAÍS
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