El Nobel, para la escritora de las grandes tragedias
La Academia premia a la bielorrusa Svetlana Aleksievich,
que ha narrado los dramas de Afganistán y Chernóbil
El galardón recae por
primera vez en el género del reportaje periodístico
Su obra, a caballo entre la crónica y la literatura, da
voz a los que no la tienen
Crítica con Putin, la autora es considerada una maestra
del reportaje literario, con el que relata de forma cruda el fracaso de la
utopía soviética
La escritora y periodista bielorrusa Svetlana Alexievich, de 66
años, acaba de ganar el Premio Nobel de Literatura 2015. Su trabajo es toda una
crónica descarnada y demoledora de la antigua Unión Soviética y de las secuelas
que dejó en sus moradores. El jurado de la Academia Sueca ha querido distinguir
el trabajo de una mujer que retrató el sufrimiento de los soviéticos antes de
que la URSS se desmembrara. La catástrofe de Chernóbil y la guerra de
Afganistán son algunos de los conflictos que ha cubierto esta cronista, de
quien la Academia Sueca destaca su “obra polifónica”, “todo un monumento al
valor y al sufrimiento” de su pueblo.
La crítica considera que Alexievich ha
alumbrado un nuevo género, la novela colectiva o 'novela oratorio'. Ella
prefiera llamar sus creaciones 'novelas de voces', texto en los que el narrador
es el hombre corriente, el que carece de voz, el mismo que se ha llevado su
propia historia a la tumba, desde la Revolución hasta Chernóbil y la caída del
imperio soviético. En los textos de la galardonada, a caballo entre la
literatura y el periodismo, los testimonios de la gente ayudan a lector a
acercarse al meollo de los acontecimientos.
En sus libros, traducidos a más de veinte
idiomas, Svetlana Alexievich disecciona la dimensión humana de los hechos, que
abocan a vea veces a un descenso al infierno.
Nacida en Stanislav, territorio que hoy
pertenece a Ucrania, Svetlana Alexievich es hija de un militar soviético, de
origen bielorruso. Cuando su padre abandonó el Ejército, la familia se trasladó
a Bielorrusia, donde la hoy premio Nobel estudió periodismo en la Universidad
de Minsk y trabajó en varios medios de comunicación.
Bibliografía
Su primer libro se titula 'La guerra no tiene
rostro de mujer', un documento de la memoria popular, en el que hablan más de
200 mujeres que cuentan cómo tantas jóvenes que soñaban con ser novias se
convirtieron en soldados en 1941. Las más 500.000 mujeres que combatieron en
las filas soviéticas en la Segunda Guerra Mundial no solo pusieron vendas y
condujeron ambulaciones, sino que mataron al enemigo que con una crueldad sin
precedentes había atacado su tierra, sus hogares y sus hijos.
Alexievitch invirtió más de cuatro años
escribiendo este libro. Para ello visitó más de cien pueblos y ciudades, para
recuperar los recuerdos de las veteranas de guerra. Con este libro, que estuvo
prohibido durante cinco años hasta que las reformas de Gorbachov permitieron su
publicación, Alexievitch se dio a conocer. El estreno de la versión teatral de
aquella crónica sin concesiones en el teatro de la Taganka de Moscú, en 1985,
representó todo un hito en un régimen poco habituado a las verdades sin medias
tintas.
Otros de sus obras son 'Los muchachos de zinc
(1989), 'Voces de Chernóbil' y 'Tiempo de segunda mano'. Ha recibido los premios
Ryszard-Kapuscinski de Polonia (1996), el Herder de Austria (1999), el Nacional
del Círculo de Críticos de Estados Unidos, el Premio Médicis de Ensayo en
Francia y el Premio de la Paz de los libreros alemanes (2013), entre otros.
La escritora bielorrusa Svetlana Alexievich.
Figuraba primera en las casas de apuestas, pero el mundillo
literario no terminaba de creérselo. El Nobel de Literatura 2015 tiene una obra estrictamente literaria no demasiado extensa, pese
a lo cual ya ocupaba en los últimos años un lugar preferente en las apuestas,
algo que se había repetido estas últimas semanas. Eso revela que había
trascendido que su nombre se encontraba entre los favoritos, por delante de
eternos aspirantes al galardón como Joyce Carol Oates, Philip Roth, Ko Un y
otros.
Su obra ha gozado de popularidad en algunas
repúblicas de la antigua URSS. Su libro sobre las mujeres soviéticas y la
Segunda Guerra Mundial vendió más de dos millones de ejemplares. Y la
traducción de 'Voces de Chernóbil' (el único de sus títulos vertido al español)
ha circulado por una veintena de países. Asimismo, ha sido guionista de varios
reportajes sobre el terrible accidente de la central nuclear de esa ciudad.
Hace dos años recibió el premio de la Paz de los libreros alemanes.
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