UN DÍA QUE VIAJABA POR
TIERRAS MANCHEGAS, SE ME OCURRIÓ HACER ESTA DÉCIMA CON GLOSA. (La encontré
entre las páginas de un libro.)
Un pobre en tierras manchegas,
de molesta delgadez,
iba por el llano a ciegas
arriero en su desnudez.
I
Los vientos de Tierra Santa
retornan al caballero
recortado de dinero.
Pobre estomago que canta
más que su propia garganta,
un soñador con refriegas
de tragonas palaciegas.
Por los valles, adelante,
qué puede hacer vacilante
un pobre en tierras manchegas.
II
No solo de pan se vive
pregonaba un cardenal
en aquel país oriental.
Que dios y el alma cultive
a no ser del mal proclive,
era la desfachatez
que llenaban de embriaguez.
Pienso que es un gran pecado,
un estómago arrugado
de molesta delgadez.
III
Oh mi señor, que fortuna
os empujó a estas llanuras
ricas de amor y locuras,
donde se mata la hambruna
asada como ninguna
¡Sí! Altiplanicies sosiegas
que a la pobreza reniegas.
Reposado y masticando
nunca se imaginó, cuando
iba por el llano a ciegas.
IV
Es mejor quedar en suelos
fértiles que viajar triste
donde solo arena viste.
De la muerte por los pelos
escapé de grises cielos
y ahora en esta vejez
deseo tener lucidez,
recordando en el tintero
cuando fue aquel caballero
arriero en su desnudez.
José Vásquez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario