Ayn Rand y las ideas de la libertad
Una lectura de los principales aportes filosóficos
libertarios y la defensa ética de la economía de libre mercado presentes en la
obra de la novelista y ensayista Alisa Zinóvievna Rosenbaum
Juro por mi vida y mi amor por
ella, que jamás viviré para nadie, ni exigiré que nadie viva para mí.
La rebelión de Atlas, Ayn Rand
Este año se cumplen 100 años de la
“Revolución Rusa”, estatus de revolución cuestionado por Hannah Arendt el
siglo pasado porque no representó un verdadero cambio de instituciones, sino el
cambio de unos privilegiados por otros. Sin embargo, las secuelas de esta
revolución serían aun más dantescas y mortales de lo que había sido el régimen
zarista: los gulags (campos de concentración soviéticos), las hambrunas
planificadas, las ejecuciones, las torturas (incluyendo casos de empalamientos
públicos), las purgas, la represión, la censura y, en suma, el genocidio,
dibujarían el aterrador paisaje de un período oscuro para la historia de la
humanidad que hasta hoy muchos lamentamos.
La doctrina
marxista-leninista a partir de la cual la “Revolución” se llevó a cabo,
arraigada en las mentes de muchos intelectuales durante décadas, fue paradigma
dominante en las ciencias sociales e incluso en el mundo literario y artístico
en muchos países occidentales durante casi todo el siglo XX. Pero así como esta
realidad es indiscutible, también es un hecho que el siglo pasado fue testigo
de la obra de figuras intelectuales que supieron hacer de la desdicha y de las
trágicas experiencias vividas una forma de denuncia y resistencia. Hoy, 6 de
marzo, a un año más de su muerte, queremos recordar a una de ellas: Alisa
Zinóvievna Rosenbaum, mejor conocida como Ayn Rand.
Ayn Rand,
ampliamente conocida por sus dos grandes novelas, El manantial (1943) y La rebelión de Atlas (1957),
redefinió el concepto de egoísmo (racional) como virtud y denunció el altruismo
como vicio que alimenta el canibalismo moral del socialismo, brindándole así
una ética coherente a la defensa del capitalismo como el único sistema
económico apropiado para vivir en sociedad.
Apenas siendo
una joven, Rand escapó de su natal San Petersburgo y se instaló en Estados
Unidos, lugar en el que, por razones de seguridad, permaneció, teniendo que
distanciarse de su familia hasta perder el contacto con ella. Sus vivencias en
la naciente Revolución Rusa la llevaron a ser vehemente en la defensa de sus
ideas, una vehemencia poco común para la época y para una mujer.
Su primera
novela, Los que vivimos (1936),
es la referencia más directa al totalitarismo soviético, pero en las
siguientes, y especialmente con El
Manantial y La
rebelión de Atlas, expondrá lo que será el fundamento de la
doctrina filosófica que denominó Objetivismo. El Manantial aborda la contraposición
entre el individualismo y el colectivismo, desde el proyecto de vida de un
hombre de gran talento creador que lucha contra la sociedad que lo margina por
sus gustos arquitectónicos; y en La
rebelión de Atlas se hace esta contraposición en el contexto
de la actividad empresarial.
Las dos
grandes novelas de Ayn Rand se convirtieron en best-sellers de la época y,
posteriormente, la autora se dedicó a escribir ensayos filosóficos con el fin
de sistematizar los pilares del Objetivismo, entre los que se destaca su gran
obra sobre ética: La
virtud del egoísmo (1964).
Gracias a la
experiencia de Rand con la Revolución Rusa, podríamos decir que la influencia
que la revolución ejerció sobre ella la hizo dejarnos grandísimos aportes en su
obra: la ética del egoísmo racional, la defensa moral del capitalismo y de los
derechos naturales y la importancia de la lógica como herramienta para llegar a
la verdad, que han servido de base inicial a pensadores de la Escuela Austríaca
que hoy por hoy son íconos del liberalismo y del libertarismo.
El mayor
aporte que Ayn Rand nos ha dejado, a nuestro juicio –de vital importancia y al
que todo amante de la libertad debe agradecer más allá de las discrepancias–
fue el haberle dado a la economía de libre mercado una defensa ética
consistente y desprendida de cualquier tipo de utilitarismo.
Puede decirse,
hoy todavía, que el pensamiento de Ayn Rand es clave para introducir a un gran
número de personas, en especial a jóvenes, al mundo de las ideas de la
libertad. Walter Block (2008), en una de sus ponencias más vistas en la web,
coloca a Ayn Rand en el top 5 de pensadores que más libertarios han producido e
inspirado a nivel mundial a través de su obra. No cabe duda de que no exagera y
de que, se coincida o no con la filosofía por ella sostenida, el mundo
libertario le tiene una gran deuda y un inmenso respeto.
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