Banville
vuelve al "noir" con el disfraz de Benjamin Black
A John Banville, como a su alter ego Benjamin Black, nombre con el
que el escritor irlandés disfraza su pasión por el género "noir", lo
que de verdad le importa cuando se sienta a escribir novela negra "es el
estilo", no tanto "quién mató al mayordomo".
Un principio compartido
con su admirado Raymond Chandler y que Black/Banville vuelve a llevar a la
práctica en "Órdenes sagradas", su última novela de misterio, un
libro que llega ahora a las librerías españolas (Alfaguara) después de triunfar
en el mercado anglosajón.
Una novela en la que Black
recupera al patólogo Quirke, de quien su propia hija, Phoebe, dice que "es
incapaz de resistirse a la tentación de jugar a los detectives".
Padre e hija se verán
envueltos en una historia opresiva a raíz de la aparición, flotando en las
sucias aguas de un canal, de Jimmy Minor, una muerte que removerá sus vidas, su
pasado, y que provocará en el forense Quirke su mayor crisis personal.
Como escenario de esta
historia de asesinato y recuerdos, la ciudad de Dublín en la década de los
cincuenta del siglo pasado, un momento y un lugar perfectos para situar la
acción de un relato negro, según el escritor nacido en Wexford (Irlanda) en
1945.
La misma ciudad en la que
transcurrió la infancia y la adolescencia de John Banville, y unos años en los
que "la prensa se censura, las convenciones sociales pesan y la Iglesia lo
controla casi todo".
"Órdenes
sagradas" se publica en español después del enorme éxito cosechado por
Benjamin Black, tan metódico, artesano y pensador como John Banville, con
"La rubia de los ojos negros", su anterior título "noir",
una novela en la que el protagonista no es Quirke sino el detective Philip
Marlowe, el personaje creado por Chandler.
Los propios herederos de
Chandler se pusieron en contacto con Banville para ofrecerle la posibilidad de
resucitar a Marlowe, con un resultado muy satisfactorio para ambas partes.
"Ha sido muy divertido. He disfrutado mucho", decía Banville a Efe
hace un año, durante una visita promocional a Madrid.
Muy poco después el autor
de "El Intocable", "Imposturas" o "El Mar",
novela con la que en 2005 ganó el Premio Booker, tres ejemplos de su prosa
poética y elegante, que convive con otra más ligera y directa, la del Benjamin
Black de la serie negra, aunque ambas igual de exquisitas, ganaba el Premio
Príncipe de Asturias de las Letras 2014.
Un premio que reconocía
una "inteligente, honda y original creación novelesca" y una prosa
abierta "a deslumbrantes espacios líricos a través de referencias
culturales donde se revitalizan los mitos clásicos y la belleza va de la mano
de la ironía", destacaba el jurado en su fallo.
Un importante galardón más
en su carrera que el propio Banville recogió de manos del Rey Felipe VI el
pasado mes de octubre en Oviedo, ocasión que aprovechó para proclamar que la
ambigüedad es la "esencia de la vida" y reivindicar la frase como
"la invención más trascendental de la humanidad".
"Con frases -dijo
entonces Banville- pensamos, especulamos, calculamos, imaginamos. Con frases
declaramos nuestro amor, declaramos la guerra, prestamos juramento. Con frases
afirmamos nuestro ser. Nuestras leyes están escritas con frases. No es
desatinado afirmar que con frases está escrito nuestro mundo".
En el catálogo negro de
Benjamin Black, muy crítico con la novela de misterio que se publica
últimamente, "plagada de violencia y muy mal escrita", asegura,
figuran títulos como "El Lémur", "El secreto de Christine",
"El otro nombre de Laura", "Muerte en verano",
"Venganza" y "En busca de April".
Banville se transforma en Black todos los veranos, según él mismo
ha reconocido en más de una ocasión, una época del año, considera, "poco
fértil" e "improductiva", y que invita a la relajación.
FUENTE: YAHOO
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