Modiano, doble batalla contra el olvido
Anagrama rescata una de las novelas más desconocidas del
Nobel francés y su discurso ante la Academia Sueca
Patrick Modiano.
Cree el escritor y premio Nobel francés Patrick Modiano
(Boulogne-Billancourt, 1945) que poetas y novelistas "ponen misterio a las
personas a quienes la vida cotidiana parece anegar". Que bajo su mirada,
"la vida corriente acaba por envolverse en misterio y adquiere algo así
como una fosforescencia que no tenía a primera vista, sino que estaba oculta en
lo hondo".
Así lo sostuvo ante la Academia Sueca en
diciembre de 2014, tras recoger el galardón más notable de literatura universal
que se le otorgó tras casi cincuenta años dedicado luchar contra el olvido
observando esas "cosas en apariencia triviales" con "atención
sostenida y de forma casi hipnótica".
Anagrama rescata ahora este discurso en forma
de libro junto a 'Ropero de la infancia', una de las novelas menos conocidas de
Modiano pero en la que están ya las claves de su obra: un rompecabezas de la
memoria en pos de un tiempo perdido.
Jorge Herralde, fundador de Anagrama y gran
valedor del escritor, lamentaba tras la concesión del Nobel a Modiano que
"pese a haber sido durante años muy traducido en España por excelentes
editoriales, estas lo fueron abandonando y se quedara sin editor español".
Recordaba Herralde "las espléndidas versiones de los primeros ochenta en
la gran Alfaguara de Jaime Salinas o la excelente 'Dora Bruder' de Seix Barral,
la única publicada en este sello", para lamentar el progresivo olvido del
autor contra el que él batalló.
Anagrama, que ha publicado el grueso de las
novelas de Modiano, rescata en septiembre una de las más desconocidas del
"Marcel Proust de nuestra época", según describió a Modiano el jurado
que le otorgó el Nobel. Se trata de 'Ropero de la infancia' ('Vestiaire de
l’enfance', en su original francés). Modiano la publicó en 1989, pero casi tres
décadas después parece escrita a hilo de la actualidad.
La historia, de tintes existencialistas pero
de narrativa fluida, se caracterizaba por la atemporalidad propia de todos los
grandes dramas humanos. Indaga en lo más profundo del individuo a través de
situaciones nimias, destinadas, en apariencia, a pasar desapercibidas por la
vida de cualquiera.
Como en casi todos los textos de Modiano, en
'Ropero de la infancia' no hay grandes acontecimientos o tramas de impacto.
Novela de personajes, se centra en Jimmy Sarano, en sus filias, fobias, miedos,
recuerdos y nostalgias. Su continua búsqueda de identidad -que obliga a Sarano
a conciliar pasado y presente- tiene lugar en el exilio voluntario de una
ciudad Mediterránea, un puerto franco que recuerda a Tánger cuyo nombre no se
especifica. Pero su imagen, su precisa geografía y su opresivo clima se dibujan
con nitidez en la mente del lector gracias a la construcción, generosa en
descripciones, de escenarios que trasladan al lector la monótona realidad de
Sarano, autor de folletines para Radio Mundial, a quien el rostro de una chica
le evoca su pasado en París. Es el pretexto para peregrinar al Pigalle más
golfo, al eterno París de Modiano, y recrear su otra vida, marcada por un
trágico accidente que precipitó la huida al sur del protagonista.
En el catálogo de Anagrama estaban ya 'Un
pedigrí', 'En el café de la juventud perdida', 'El horizonte', 'La hierba de
las noches' y 'Para que no te pierdas en el barrio'. Herralde rescató antes los
títulos más relevantes del novelista: 'La Trilogía de la Ocupación' -sus
primeras obras que abordan la invasión alemana de Francia durante la Segunda
Guerra Mundial, época que marco al autor a través de su padres-, 'Villa
Triste', 'Libro de familia', 'Calle de las Tiendas Oscuras' (Premio Goncourt),
'Una juventud', 'Domingos de agosto', 'Tan buenos chicos' y 'Accidente
nocturno'.
El discurso de Modiano en Estocolmo está
transcrito en su integridad en la web de la fundación Nobel. Pero Anagrama
quiere dar más difusión a un joya literaria que en apenas una treintena de
páginas encierra todas las claves de su obra.
Herralde lo publica en su Colección
Argumentos, con tapa dura y en una edición casi de bibliófilo. En una alocución
que va mucho más allá de unas simples palabras de agradecimiento, el narrador
francés desentraña su 'ars potica'. Desgrana las claves de su visión de la
literatura y de su obra invocando a "constructores de catedrales"
como Balzac, Dickens, Tolstói o Dostoievski. Apela luego a Poe, Melville o
Stendhal para argumentar que todo escritor es fruto de su época aunque también
aspire a la intemporalidad.
"La literatura de Modiano es una
permanente búsqueda proustiana del tiempo perdido" advierte el editor.
"Pero si Proust retrataba un mundo todavía estable, la memoria es hoy más
incierta y los textos necesariamente más ambiguos. El objetivo del escritor es
el mismo: luchar contra el olvido a través de las palabras, que, como icebergs,
asoman en la página en blanco".
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