'¡Quemad Barcelona!' de Guillem Martí
· Un consejero de la Generalitat boicoteó la
orden de Moscú de destruir la capital catalana en 1939, antes de que entraran
los nacionales
Portada del libro 'Quemad Barcelona' de Guillem Martí.
Guillem Martí es un joven licenciado en Administración de Empresas
y Derecho que ha escrito una novela a partir de un hecho real que le toca muy
de cerca. Miquel Serra i Pàmies, consejero de Obras Públicas de la Generalitat
y dirigente del PSUC en los últimos meses de la Guerra Civil, es el
protagonista del relato. Y resulta que era hermano del abuelo del autor.
En aquellos días confusos de enero de 1939,
cuando la capital catalana era un verdadero caos en el que solo parecía valer
el principio de 'sálvese quien pueda', llegó una orden de Moscú a través de
algunos dirigentes comunistas: la ciudad debía ser destruida para que cuando
entraran los nacionales no hallaran en ella nada en pie. Serra i Pàmies se
ofreció voluntario para coordinar y allegar los medios para la operación de
voladura de centrales eléctricas, plantas industriales e incluso la red de
metro. La estimación que algunos técnicos hicieron era estremecedora: la ciudad
quedaría parcialmente reducida a escombros y morirían 100.000, quizá 200.000 personas.
Lo que el consejero quería era en realidad boicotear la operación.
La novela tiene multitud de personajes, de
Companys a unos cuantos oficiales y soldados de ambos bandos, y varios 'cameos'
de lujo: Hemingway, Antonio Machado, Robert Cappa, Herbert Matthews, Santiago
Carrillo y varios más. Pero los verdaderos protagonistas son el consejero, su
esposa, un sargento que acaba de desertar del Ejército republicano, una
cantante de cabaret y un agente soviético que es quien debe vigilar el
cumplimiento de la orden de destrucción de Barcelona.
La novela combina una arrolladora historia de
amor con la aventura, la intriga política, la Historia y la crónica. Hay
personajes malvados pero que terminan por hacerse humanos a cuenta de sus
propias debilidades y de fondo está la Guerra Civil, que es un filón de
historias que parece inagotable.
Martí ensambla bien las piezas hasta el
extremo de que no parece ser un debutante en el género, aunque la traducción
-el original está escrito en catalán- sea a veces discutible. La historia de
esa Barcelona salvada en el último momento -como París y Florencia no mucho
después- por la arriesgada acción de un hombre bueno tiene una continuación que
quizá el autor haya previsto: la peripecia de Serra i Pàmies tras la Guerra Civil
da para muchas muchas páginas.
FUENTE: EL CORREO.com
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