Stephen
King: "Disfruto dando grandes sustos a la gente"
El escritor norteamericano
asegura que su gran imaginación es la que le lleva a escribir historias
aterradoras
Stephen King.
Gabriel Lerman Han pasado ya 42 años desde que su
primera novela, ´Carrie´, llegó como un torbellino a las
librerías de todo el mundo, y si algo ha quedado claro es que el mundo que
conocemos no sería el mismo sin Stephen King. Dueño de una imaginación
tan vasta como prolífica, sus novelas y cuentos han impregnado el cine y la
televisión con un estilo absolutamente inconfundible.
Tan reverenciado por sus fans como
defenestrado por quienes cuestionaron su estatura literaria, este hombre nacido
en Maine (Estados Unidos) –se ha convertido en la figura más popular del
pequeño estado– ha continuado creando y ganando premios, pero también se ha
atrevido a dirigir películas, escribir historietas, componer canciones con sus
bandas favoritas y hacer él mismo las adaptaciones de sus historias a la
pequeña pantalla.
A los 67 años, King ya no escribe
tanto como antes, pero una obra literaria que incluye 55 novelas, entre ellas
la más reciente, ´Finders Keepers´, que se acaba de publicar en Estados Unidos,
y unos 200 cuentos, hace que su nombre esté siempre presente en las novedades
del mundo del espectáculo.
La tercera temporada de la serie ´La cúpula´,
en la que es coguionista y productor ejecutivo, ya se ha estrenado en la
televisión norteamericana y avanza a toda marcha una
nueva adaptación de su novela It, por Cary Fukunaga, una
miniserie basada en 11/22/63, que protagonizará James Franco, y una ambiciosa
versión de su serie de libros ´La torre oscura´, que estará a la altura de lo
que hizo Peter Jackson con ´El señor de los anillos´.
Además, quien acaba de recibir el
premio Edgar a la mejor novela de misterio por su obra editada el año pasado,
´Mr. Mercedes´, es un padre orgulloso, cuyos hijos, Joe y Owen, son también
autores consagrados: "Me
parece brillante que se hayan dedicado a escribir",
sostiene King con entusiasmo. Y agrega: "Nuestra casa estaba siempre llena
de libros y cuando eran niños nos pasábamos horas leyendo historias antes de
que se fueran a dormir. Desde pequeños supieron que con su madre, que es
también escritora, nos dedicábamos a crear mundos fantásticos, porque yo
siempre estaba escribiendo y ella también. Lo más natural para ellos es haberse
dedicado a esto, pero creo que el verdadero secreto para que haya ocurrido es
que nunca les dije que tenían que seguir mis pasos."
Muy lejos del pedestal al que suelen
subirse los grandes autores, en persona, King es un hombre afable que no se
toma demasiado en serio y, a pesar de poseer una vasta fortuna, intenta
seguir siendo aquel que se ganaba la vida escribiendo cuentos mientras estudiaba en la universidad o
quien durante años fue autor de una columna semanal sobre cine, televisión y
libros en la revista ´Entertainment Weekly´. Esto también explica por qué suele
conceder sin mayores problemas el permiso para que los estudiantes de cine
hagan cortos basados en sus cuentos.
"La verdad es que mi primer trabajo fue escribir una columna sobre espectáculos en el diario de mi universidad, y a mí siempre me interesó la cultura popular", dice el escritor. "Ya sea cine, libros, programas de televisión o música, pero también me interesa cómo se viste la juventud, qué tipo de zapatillas usan o qué pantalones cortos le gustan. Disfruto de todos los aspectos de la cultura."
"La verdad es que mi primer trabajo fue escribir una columna sobre espectáculos en el diario de mi universidad, y a mí siempre me interesó la cultura popular", dice el escritor. "Ya sea cine, libros, programas de televisión o música, pero también me interesa cómo se viste la juventud, qué tipo de zapatillas usan o qué pantalones cortos le gustan. Disfruto de todos los aspectos de la cultura."
"Además –continúa apasionado–,
tengo una gran tolerancia. La única vez que me levanté de un cine y me fui fue
cuando unos años atrás fui a ver la primera ´Transformers´. Me pareció lo más
ridículo que vi en mi vida. Pero por lo general, siempre
encuentro algo que me gusta e intento compartirlo con los demás".
Ese interés por mantenerse en contacto
con lo que está pasando le llevó a sumarse a la docena de guionistas que
trabaja en la adaptación de ´La cúpula´, la serie que cuenta lo que ocurre en un
pueblo que de pronto queda aislado del mundo por una extraña campana invisible.
"Decidí escribir el primer episodio de la segunda temporada porque quería
participar en la creación de una historia que evolucionara a lo largo de 13
episodios, pero también porque estaba un poco celoso de George R.R.
Martin, que escribió varios episodios de ´Juego de tronos´, y
de Robert Kirkman, que se puso a escribir los episodios de ´The Walking Dead´.
Es gente que escribió la historia original pero luego se involucró en las
versiones televisivas y eso me pareció algo muy interesante", cuenta.
Para Stephen King, adaptarse a sí
mismo es también una forma de asegurarse de que la versión televisiva de su texto
será fiel a lo que ha escrito. Fue famosa la disputa que tuvo con Stanley
Kubrick por la forma en la que llevó a la pantalla grande una de sus novelas
más famosas, ´El resplandor´,algo
que 35 años después sigue sin perdonar.
"Mi opinión sobre ´El resplandor´
no ha cambiado demasiado –declara–. No me parece que sea una muy buena
película. Creo que es muy bonita, pero lo mismo se puede decir
de un Cadillac que está muy bien mantenido, más allá de que tenga o no motor.
En el fondo, es un objeto, muy frío. En la novela, Jack Torrance, el personaje
principal, experimentaba una evolución. Era un héroe trágico en el sentido de
que estaba tratando de hacer todo lo que estuviese a su alcance por el bien de
su familia, pero poco a poco se ve arrastrado a un punto en el que pierde la
cordura. En el libro hay una escena muy ilustrativa en que él toma una pieza de
metal y la va doblando para un lado y para el otro hasta que se quiebra".
"Por otro lado, yo me imaginaba a
Wendy Torrance como una mujer muy bella y muy común, pero con un gran corazón.
En cambio Kubrick creó personajes muy diferentes. Jack
Nicholson repitió lo que había hecho en muchas películas de clase B de la
década de los sesenta, en tanto que Shelley Duvall fue una
especie de caricatura antifeminista, una máquina
de gritar, y yo tuve muchos problemas con ellos, pero por
encima de todas las cosas me pareció que era todo mucho más imagen que
sustancia", afirma con cierto enojo en el rostro.
Si bien ha escrito de todo un poco y ha explorado infinidad de géneros a lo largo de los años, King sigue siendo sobre todo un maestro del terror. Pero cuando se le pregunta qué cosas le provocan miedo, la respuesta no podría ser más sorprendente: "No le temo a muchas cosas porque suelo transmitirle esos miedos a la gente que lee mis libros, y por eso cuando me preguntan sobre mi infancia, creo que en realidad me están preguntando si hubo algo que me trastornó en aquella época como para que terminase escribiendo este tipo de historias".
Si bien ha escrito de todo un poco y ha explorado infinidad de géneros a lo largo de los años, King sigue siendo sobre todo un maestro del terror. Pero cuando se le pregunta qué cosas le provocan miedo, la respuesta no podría ser más sorprendente: "No le temo a muchas cosas porque suelo transmitirle esos miedos a la gente que lee mis libros, y por eso cuando me preguntan sobre mi infancia, creo que en realidad me están preguntando si hubo algo que me trastornó en aquella época como para que terminase escribiendo este tipo de historias".
"La realidad –responde– es
que tuve una infancia muy normal.
Tenía una gran imaginación y eso me generaba muchos miedos. Recuerdo que solía
tener muchas pesadillas, pero lo bueno que tiene lo que hago es que es como la
otra cara del psicoanálisis. Si tienes miedo, si la ansiedad te invade, vas a
un psicoanalista y le pagas 120 dólares la hora para que te ayude. En cambio,
yo pongo todos esos miedos y esa ansiedad en el papel y es la gente la que me
paga a mí. Es maravilloso, pero si quiere saber si hubo un evento que me cambió
la vida, la pura verdad es que simplemente disfruto dándole grandes sustos a la
gente".
La oscuridad de 'Christine'
Muchas veces sus intenciones han sido
alejarse del género, dice, pero la misma historia le ha llevado a él, como
ocurrió con ´Christine´, la novela que publicó en 1983 y cuya adaptación
cinematográfica llegó a los cines ese mismo año, dirigida por otro maestro del
género, John Carpenter. "La
verdad es que no tuve la menor intención de escribir algo escalofriante cuando
empecé con esa novela", recuerda. "En realidad me
pareció que era una idea divertida. Me pareció que la idea de un muchacho que
tiene un coche problemático y empiezan a pasarle cosas extrañas era muy
atractiva".
"Pero cuando empecé a escribir la
historia inmediatamente dio un giro más oscuro del que había imaginado",
detalla. "Supongo que en ese momento se impuso cierta obsesión con el
miedo, que es parte integral de quien soy yo. Sin embargo, también se me ha
puesto la etiqueta de escritor de historias de terror, a pesar de que muchos
otros escritores que también se dedican al suspense pueden hacer con sus
monstruos lo mismo que yo y no se han ganado esa
reputación".
King afirma que no controla demasiado
sus ideas, que simplemente "se le ocurren", y que la clave de su
éxito ha tenido que ver con prestarles atención y darles un espacio para que
puedan crecer: "Las
ideas aparecen o no aparecen; uno espera que nunca
falten".
La relación de King con sus ideas es
algo particular, según él explica: "Hubo una época en que tenía tantas
ideas en mi cabeza que sentía como si fuese a explotar en cualquier momento. En
ese entonces odiaba tener que trabajar en una sola novela porque no podía
explorar ninguna de las otras historias que me interesaban. Es que escribir un
libro es como estar casado: tienes que ser fiel a un proyecto." "Es
como cuando eres fiel a tu mujer y sales a caminar por la calle y ves a una
mujer muy hermosa. Cuando estás escribiendo una novela sueles tener esa misma
sensación. Te diviertes trabajando y se te ocurre otra idea. Y te das cuenta de
que es maravillosa. Te desesperas por escribirla pero tienes que ser fiel a tu
mujer. No puedes escaparte con tu amante", explica con una sonrisa.
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