"La
educación es una papilla neutra y desnatada", denuncia Arturo
Pérez-Reverte
Alejado
de las trincheras, narra la Guerra Civil a los más jóvenes "sin adjetivos,
ni ideología".
El
escritor Arturo Pérez-Reverte ha presentado su libro "La guerra civil
contada a los jóvenes", ilustrado por el pintor Fernando Vicente.
"Antonio
Machado, poeta español, académico de la lengua, al cabo de un tiempo se fue a
Francia, donde murió". La sangre de Arturo
Pérez-Reverte, (Cartagena, 1951) bulló al leer en un libro de
texto esta sucinta referencia la muerte del poeta. Lo mismo con otro apunte
sobre "la muerte", que no asesinato, de Federico García Lorca. En
ningún caso se mencionaba la Guerra Civil, sus causas, estragos y
consecuencias.
El escritor y académico comprendió entonces que los españoles más jóvenes poco
o nada sabían de aquella cruenta guerra fratricida. Peor aún, que era ignorada
en los colegios y reducida a un concatenación de clichés por "una
educación que se ha convertido en un papilla desnatada, neutra e insulsa, que
debe contentar a todos y han de digerir igual el mediocre y el
inteligente". "Cuando hay temas
complejos, como el de la Guerra Civil, en vez de explicarlos los eliminamos de
los planes de estudio", se duele el escritor, que lamenta
que ese escamoteo de la historia deje "huérfanos de memoria" a unos
críos "hoy fácilmente manipulables por un tuit". Chavales que
"en el mejor de los casos, manejan clichés como que los fascistas son
asesinos y criminales y los republicanos hordas de comunistas y rojos
desarrapados".
"Ocultar es peor que contar mal y eliminar la Guerra Civil de la
Educación es un error garrafal que impide formar ciudadanos críticos, lúcidos y
con criterio, capaces de construir el futuro comprendiendo el pasado. Por eso
hay que contar y no escamotear", plantea. Se propuso desentrañar para los
lectores más jóvenes lo esencial de un conflicto "en el que todos los
españoles fuimos víctimas y verdugos". Lo cuenta "sin adjetivos ni
ideologías", de manera "limpia, objetiva y sin clichés",
asegura, en 'La Guerra Civil contada a los
jóvenes' (Alfaguara)
que ya está en la librerías.
Saca la guerra de las trincheras para contarla "sin juicios",
ofreciendo "denominadores comunes" y "las claves de los graves
errores que llevaron a esa gran tragedia para procurar, en lo posible, no
repetirlos". "No tengo ideología, tengo biblioteca" dice el
escritor que va al núcleo del conflicto "sin un punto de vista
partidario". Parte de "un hecho objetivo innegable: hubo una
República legítima y un golpe de Estado ilegítimo contra ella, y eso dio lugar
a una guerra civil". "No pretendo sustituir a los libros de historia,
pero sí abrir puertas para que los jóvenes se hagan preguntas y lleguen después
a los historiadores que han analizado la guerra a fondo y en detalle". Su
concentrado es "una herramienta útil para cuando quieran saber qué pasó en
Guernica, en el Alcázar de Toledo, en el Ebro, Belchite, Guadalajara, Badajoz,
Málaga o Barcelona", asegura.
Quiere que los jóvenes, alentados por su padres y profesores "superen sus
versiones de segunda mano -honradas o interesadas-, para ampliar el territorio y
saciar esa curiosidad que no satisfacen en los colegios". Asegura
Pérez-Reverte que su generación dispuso de "fuentes frescas y
directas". Su abuelos y tíos, republicanos y protagonistas activos del
conflicto, como su padre, le contaron "lo bueno y lo malo de los dos
bandos". "Sin esa referencia solo quedan los clichés de una memoria
atrincherada y manipulable", insiste.
Uno de sus empeños es "contar desde los bandos" harto como está de
que "se ofrezca siempre la visión de un único contendiente".
"Estamos contando a los jóvenes una Guerra Civil inexacta, borrando las
lecciones de vida, de política y de sociedad de lo que fue una tragedia
colectiva, y no un mero enfrentamiento de españoles buenos contra malos",
sostiene. Padrino espiritual Reconoce haber tenido un modelo que ha marcado su
trabajo y su titánico esfuerzo de síntesis. "Me he mirado en el espejo de
Manuel Chaves Nogales, mi padrino intelectual", dice elogiando "la
objetividad y la lucidez" de aquel brillante periodista republicano,
nacido en 1897 y muerto en el exilio en 1944, cuyo compromiso ideológico no le
impidió criticar las atrocidades y la barbarie de su propio bando.
"No dejaba de preguntarme cómo Chaves Nogales le habría contado la guerra
a sus hijos" dice este antiguo reportero de guerra que ha cubierto al
menos ocho feroces confrontaciones civiles como las de Líbano, Nicaragua,
Angola, Mozambique o El Salvador, además de golpes de estado y revoluciones.
"Sé cómo ocurren esas cosas. Que lo del bueno y el malo, el azul o el
rojo, el blanco o el negro es mentira. O mejor dicho, que nunca está tan
claramente definido como se intenta plantear después y que junto a la infamia y
la vileza hay valor, dignidad y nobleza", plantea Pérez-Reverte. Advierte,
con todo que su historia "no gustará a los extremos y a quienes demonizan
al contrario".
"En ambos bandos se cometieron atrocidades, asesinatos delaciones, aunque
en el nacional hubo más porque la represión se prolongó en la posguerra",
admite. Tuvo siempre en la mente a eso chavales de "enorme
curiosidad" pero cree que esta obra, estructurada en una treintena de
breves capítulos, portentosamente ilustrada, con un anexo de mapas del
conflicto y un glosario, es también "una lectura útil para adultos".
Los dibujos originales de Fernando Vicente (Madrid, 1963), que recrean
episodios como el bombardeo
de Guernica, la masacre
de Paracuellos, la detención
de Lorca o la confrontación de Miguel de Unamuno con el general Millán Astray, se
exponen en el museo ABC hasta el ocho de diciembre. "Si dejamos a los
jóvenes huérfano de memoria, si les alimentamos con esa papilla neutra, sin
sal, ni pimienta, les privamos del acicate para que sigan estudiando. No
tendrán ninguna posibilidad de comprender un país tan complejo como
España", concluye Pérez-Reverte, narrador de éxito global, fajado en temas
históricos, que ha vendido en todo el mundo y en más de cuarenta idiomas más de
quince millones de libros.
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