Una biografía desvela numerosas novedades de
la vida y la obra de este singular personaje de la colonización de América
Bartolomé de las Casas
Sin duda, es uno
de los personajes más apasionantes de
nuestra historia, pero también más desconocidos. Quinientos años después de su
muerte, aún se le atribuye el origen de nuestra Leyenda Negra, que por los
siglos de los siglos nos ha perseguido, no siempre justamente. El historiador Bernat Hernández, perteneciente a esa nueva
generación que afortunadamente ha entrado con tanta pasión como denuedo en el
no siempre fácil camino de desvelar lo que ha sido nuestro pasado, en versión
casi hasta ahora de enemigos malintencionados, aclara muchos de los aspectos de
la vida (larga) y la obra (ingente) de este hombre. Conviene seguirle los
pasos, a través de una biografía novedosa titulada sencillamente «Bartolomé de las Casas» (Ed. Taurus) y así lo hacemos,
aclarando primero que «fue un fraile, entre muchos. Pero antes de profesar, fue
soldado, encomendero, también ideador de proyectos de colonización. Luego
siguió implicado en el mundo que le tocó vivir, lejos del convento, denunciando
la violencia de la Conquista de las Indias y la opresión del indígena
americano. Y dejó un legado escrito impresionante».
La
tarea de documentaión de Bernat
Hernández ha sido tan intensa
como extensa y el propio autor señala que «puede resultar paradójico, pero la
principal dificultad ha sido rescatarlo de su personaje. Fue motivo de
polémicas en su tiempo, y autor de una obra de testimonio con la que buscó
escribir una autobiografía justificadora de sus compromisos éticos y políticos.
Esto implica que contemos con una documentación primaria abundante, pero
también con una bibliografía vastísima».
Archivos americanos
Aunque
el profesor destaca que «la renovación de nuestro conocimiento de la Conquista de las Indias se ha beneficiado en las últimas
décadas del trabajo en los archivos americanos», subraya igualmente que «nunca
podremos prescindir del todo del sevillano Archivo General de Indias», y cuenta
que «la obra del religioso nos permite superar ese enfrentamiento entre dos
mundos, España e Hispanoamérica. Su
biografía nos presenta al primer hombre atlántico. Yo lo puedo contraponer a Colón, porque
el almirante que conocemos en gran parte fue el construido por su primer
exégeta, el propio Las Casas. Colón tuvo poco contacto con el mundo nativo,
mientras que Bartolomé de las Casas convivió en ambos mundos. Y se implicó en
el conocimiento de las civilizaciones nativas, para acabar valorándolas con
criterios comparativos, en pie de igualdad respecto al mundo europeo».
El
historiador también resalta que con su trabajo aporta bastantes novedades, como
«una puesta en valor de una abundantísima
bibliografía sobre el personaje. Lo hago a partir de una nueva presentación
del mundo de la conquista, con protagonistas mucho más plurales y que no pasó
por un enfrentamiento absoluto entre indios y españoles. Asimismo, opto por una
biografía más plural de Bartolomé de las Casas, que nos delinea mejor sus
grandes realizaciones (esa reconducción de la conquista militar y ese trato más
humano del indígena) y sus aspectos más controvertidos (en particular, el
rigorismo moral de que hizo gala frente a los conquistadores, en sus reglas de
confesores)».
No fue un revolucionario
No
obstante, no cabe pensar que el dominico fuera un revolucionario, sino un
hombre «cercano al poder. Sus proyectos no fueron desatendidos, al menos hasta
la llegada al trono de Felipe
II. Sin duda, inspiró mucha
de la legislación protectora sobre los indígenas americanos. Logró el
reconocimiento de protector o procurador de indígenas y su influencia fue
poderosa para reconducir algunos excesos de la conquista militar. No fue un
héroe a contracorriente». Incluso estudios bastante recientes consideran a
Bartolomé de las Casas uno de los precursores del derecho internacional
moderno, ante lo que Hernández matiza que «el riesgo del presentismo siempre
planea en la obra de los historiadores. Las Casas avanzó cuestiones sobre
derechos humanos y relaciones entre personas que luego sedimentaron en el
derecho contemporáneo».
Cientos
de españoles conquistaban un
Nuevo Mundo. Sin embargo, a este lado del Charco «el nativo americano era
un desconocido. La conquista del Nuevo Mundo fue desvelando el auténtico
retrato físico del indígena. De las Casas contribuyó a dotarlo de una calidad
moral y de una dignidad acorde con los postulados cristianos». El autor cree
también que ya ha llegado el momento de desterrar esa leyenda negra y describe
que «siempre persistirán indelebles los episodios más dramáticos de la
conquista, pero hoy en día considerar que unaleyenda negra reducía la presencia española en
las Indias a la destrucción y la muerte es mucho más compleja: el Nuevo Mundo
no sólo se devastaba sino que se iba construyendo a partir de colaboraciones,
con participación indígena, con la creación de una nueva civilización». Incluso, los españoles de hoy podemos
aprender de la labor del fraile: «Su ejemplo de defensa de un ideario, su
voluntad de comprender, pero también de denunciar de manera inapelable. Su
capacidad para moverse en diferentes escenarios. Un ejemplo de capacidad
intelectual y emocional sorprendente».
FUENTE:
No hay comentarios:
Publicar un comentario