viernes, 8 de mayo de 2015

FRANK PADRÓN: "Diferente: Cine y diversidad sexual"

Diferente: un puente hacia la otra orilla

El crítico y escritor Frank Pa­drón presenta en el Pabellón Cu­ba dentro de la Jornada contra la ho­mofobia su nueva propuesta

                              



El arte no es mero entretenimiento, es un estremecimiento. Un libro es siempre un puente. Si el autor nos invita a transitarlo página a página, si se trata de reconocer la otra orilla, el destello otro; y si para mayor fortuna, nos ilumina la luz del cinematógrafo; la fiesta ya se torna innombrable. De eso se trata el volumen Diferente: Cine y diversidad sexual (Ediciones ICAIC, 2014), que tendrá una nueva presentación y venta el próximo sá­bado 9, a las 12 m., en el Pabellón Cu­ba dentro de la Jornada contra la ho­mofobia.
Su autor —el crítico y escritor Frank Pa­drón—, ha reunido desde un abanico epocal, geográfico y contextual, varios ensayos sobre la filmografía de la diferencia. Aparecen, entre otros, textos laureados (El cuerpo del otro) o ampliados expresamente para esta entrega (Todo sobre carnes trémulas: algunas claves para una aproximación al cine de Pedro Almodóvar y Fresas no tan silvestres. Buceando en el audiovisual cubano).
El abordaje incluye los circunloquios y alusiones de obras pioneras en la temática, el cuerpo como objeto del deseo, la representación del VIH-SIDA, la poética del vampirismo y el erotismo lésbico; así como el transformismo, transexualidad, travestismo y bisexualidad. En palabras del autor: “los recónditos vericuetos de la sexualidad humana”.
Asimismo, el libro remarca un denominador común: la muerte co­mo desenlace y la dura conquista de las identidades alternativas. Destaca el cine latinoamericano, el campanazo a la conciencia que significó Fresa y Chocolate, sin olvidar las líneas del documental. Apuntala la creación de la Muestra de Jóvenes Realizadores —rara avis en cuanto a promoción o distribución— y anota la relación diversidad-arte, diversidad-diáspora. Todo, naturalmente desde la perspectiva del lente.
En la segunda parte, asoma una selección de reseñas críticas sobre títulos exhibidos en el cine club Diferente de La Habana, del cual Pa­drón es coordinador principal desde su creación en el 2008. Opor­tuna reivindicación de un proyecto que urge fomentar en otros lugares de la Isla, y entendido como espacio de socialización, cuyas “sesiones mensuales de filmes y debates han significado una verdadera —y confesa— alfabetización en la materia”.
Diferente: Cine y diversidad se­xu­al, construye casi un epílogo   —“casi” por­que otras obras andarán en camino—   con el artículo El Oscar, Bro­ke­ba­ck Mountain y la homofobia. La filosofía se acrisola en sus últimas páginas. Hollywood escamoteó el Oscar a la mejor película, escudada en una mon­taña de prejuicios, montaña que no solo habrá que derribar en esos lares. Lleva razón Víctor Fowler en el prólogo, cuando señala que este libro es “un gran gesto de ma­durez en nuestro presente”.
Quienes se acerquen a la nueva entrega de un autor que alguna vez calificó la labor del crítico como La profesión maldita (y que dio título a un libro suyo de la Editorial Oriente) notarán el hilo que une cada pieza. A la par de contar con un repertorio de elementos técnico-artísticos de rigor, la prosa valorativa de Frank Padrón fluye desde las esencialidades.
En el retrato de conjunto de sus ensayos, se reencuentran la capacidad generalizadora del cronista, la metáfora del poeta  y la reconcentración expositiva del narrador. Esas razones proyectan un texto fluido, capaz de tocar a las mayorías.
El libro cuenta con la edición de Tupac Pinilla, incluye fotogramas de títulos de referencia y recrea en la portada detalles de las obras de Ro­cío García, reconocimiento jus­to a quien ha visibilizado, desde las artes plásticas, el camino de la otredad.
Diferente: Cine y diversidad sexual asume el séptimo arte como premisa y confluencia; no como simple me­canismo propagandístico contra la homofobia. Al propio tiempo —sin paradoja alguna—, el libro devela un inequívoco sustrato ético, al despejar desde el cine, zonas de desconocimiento e intolerancia so­bre las que descansan todas las discriminaciones.


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