Laura Freixas y las mujeres invisibles
La escritora publica sus
reflexiones sobre la discriminación femenina en la cultura
Laura Freixas lleva años reflexionando sobre el
reflejo de las mujeres en la cultura. En ese juego de espejos, las mujeres son
retratadas en posiciones secundarias o estereotipadas, lo que ayuda a reforzar
tanto el estereotipo como la desigualdad. Un perverso circuito cerrado. En El silencio de las
madres, publicado por Aresta Mujeres, se recogen 32 textos escritos entre
1996 y 2014 en diversos medios como EL PAÍS, La Vanguardia, Letras
libres o Claves
de la razón práctica, y agrupados en dos grandes bloques.
En
el primero, Temas, se estudia la invisibilidad de las
mujeres creadoras, la perpetuación de la violencia machista o el olvido de la
maternidad como materia creativa. En el segundo, Autoras, se repasan biografías de grandes
escritoras como Simone de Beauvoir, Colette, Virginia Woolf, Rosa Chacel,
Carmen Martín Gaite o Madame de Sévigné. "La ausencia de mujeres entre los
creadores de cultura produce unos contenidos quenaturalizan, legitiman, la ausencia de mujeres, y
viceversa”, sostiene Freixas en uno de los textos.
1-Solitud, de Víctor Català (Caterina Albert)
1905.
2-Nada, de Carmen Laforet (1945).
3-Fiesta al noroeste, de Ana María Matute
(1953).
4-A instancia de parte, de Mercedes Formica
(1954).
5-La plaça del Diamant, de Mercè Rodoreda
(1962).
6-Memorias de la melancolía, de María Teresa
León (1970).
7-Cartas a una idiota española, de Lidia Falcón
(1974).
8-Te deix, amor, la mar com a penyora, de Carme
Riera (1975).
9-El temps de les cireres, de Montserrat Roig
(1978).
10-Crónica del desamor, de Rosa Montero (1979).
11-El mismo mar de todos los veranos, de Esther
Tusquets (1979).
12-El bandido doblemente armado, de Soledad
Puértolas (1980).
13-Mi hermana Elba, de Cristina Fernández
Cubas (1980).
14-Alcancía, de Rosa Chacel (1982).
15-Hacia una crítica de la razón patriarcal, de
Celia Amorós (1985).
16-Delirio y destino, de María Zambrano
(1989).
17-Las edades de Lulú, de Almudena Grandes
(1989).
18-Historia de una maestra, de Josefina R.
Aldecoa (1991).
19-Nubosidad variable, de Carmen Martín
Gaite (1992).
20-Amor, curiosidad, Prozac y dudas, de
Lucía Etxebarría (1997).
En Las que faltan, artículo
de 2010, donde constata y censura la selección realizada por cuatro críticos
literarios sobre los 100 libros que más han influido en el devenir español en
los últimos cien años, que citan tres obras de mujeres y 97 de hombres, Freixas
ofrece su propia selección de los 25 títulos de autoras españolas que más lo
habían hecho. En El genio y su musa reflexiona sobre esa construcción del
Romanticismo que bendice la imagen del creador –masculino– como alguien que
vampiriza a quienes están a su alrededor para tratar de desarrollar su carrera
artística. "¿De verdad el sacrificio ajeno es una condición sine
qua nonde la creación artística?", se interroga.
Uno de los asuntos que más extraña, y sobre el que medita una y
otra vez Freixas, es la ausencia de la maternidad como tema literario, a
diferencia de lo que ocurre con el amor o la guerra, "eternos,
universales, inagotables", escribe. "¿No hay otra vivencia universal
y eterna, y no menos crucial para la especie humana, que la muerte y el sexo?
Hablo, por supuesto, de la maternidad, y de todo lo que conlleva: concepción,
embarazo, aborto, parto, crianza... Cada año, puntualmente, la literatura
española arroja su cosecha de novelas de la guerra civil, a cargo de autores
que no la conocieron; mientras, también todos los años, más de 400.000
españolas dan a luz y más de 100.000 abortan, pero de eso la literatura no dice
una palabra", escribe.
Freixas, que reunió en 1996 en una antología relatos sobre la
relación materno-filial en el libro Madres e hijas (Anagrama), sostiene que la sociedad
no contempla a las madres como individuos, sino como función o recipiente.
"Es una cultura en la que falta una voz: la de las madres pensantes".
En su opinión, raramente en la literatura toman la palabra personajes de madre,
"y más infrecuente es que sean verdaderas madres las que hablen de su
experiencia en primera persona".
FUENTE: EL PAÍS
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