Martín Gaite, la mujer que adoraba los archivos
La escritora Carmen Martín Gaite.
Círculo de Lectores y Espasa editan un volumen que recopila toda su producción ensayística de carácter histórico
Carmen Martín Gaite era una apasionada de la historia.
Desorientada por lo que supuso el boom latinoamericano, la escritora se apartó
de la ficción durante un tiempo y se sumergió de lleno en la investigación
histórica. No fue ni mucho menos una experiencia frustrante. Todo lo contrario,
adoraba engolfarse en el "vicio de los archivos". No en vano,
invirtió siete años de su vida en estudiar los acontecimientos que rodearon la
trayectoria de Melchor Rafael de Macanaz, un político y pensador del XVIII, al
que dedicó el que estimaba era "su mejor libro". Casi quince años
después de su muerte, Círculo de Lectores y Espasa han publicado el volumen que
reúne sus ensayos históricos, una iniciativa que se inscribe en el proyecto en
marcha de editar sus obras completas.
José Teruel, profesor de Literatura Española
en la Universidad Autónoma de Madrid y responsable de la edición del volumen,
argumenta que en todo el quehacer de la polifacética escritora hay más páginas
dedicadas al ensayo que a la ficción. Una de las obsesiones de Carmiña era el
siglo XVIII, una centuria silenciada en los planes académicos por el franquismo
debido a la presencia de la Ilustración. Martín Gaite veía que estudiando el
siglo XVIII burlaba la censura oficial. De ahí su empeño en "desamordazar"
este periodo, poco simpático para la historiografía franquista.
La escritora consiguió todo un hito en su
época. Su libro 'Usos amorosos de la posguerra española', publicado en 1987,
fue todo un acontecimiento y se convirtió en uno de los libros más vendidos del
año. Martín Gaite obtuvo el reconocimiento de la crítica en su faceta de
estudiosa, aunque solía quejarse con gracia de que los novelistas alababan
mucho su obra histórica y los historiadores la literaria.
Carmiña se tomó muy en serio su nuevo oficio,
si bien no descuidó nunca el arte de narrar. Como subraya el editor José
Teruel, era maestra en imprimir un "ritmo novelesco" a sus
indagaciones históricas, de suerte que sabía explicar las abstracciones más
abstrusas con técnicas y ardides propios de la novela. "Sentía un gran
respeto por el lector", señala Teruel. Su colega Daniel Sueiro, con quien
compartía su afición por la historia y la literatura, decía de ella que alcanzó
la "misma eficacia literaria en el tratamiento de lo visto, imaginado o vivido,
que en la elaboración del material sacado de archivos".
Para Teruel, la obra ensayística de Martín
Gaite puede interpretarse como una "guía espiritual". Según el
editor, la escritora concebía el ensayo como una "exploración y un
viaje", al tiempo que dedicaba especial atención a la mujer. En su libro
'Usos amorosos del XVIII en España' no se limita a anotar el pasado con ojos
asépticos, sino que desvela su preocupación por la "suerte de las mujeres
en el tira y afloja del darse a valer y gustar como mera mercancía".
Mujer de múltiples caras, Martín Gaite tocó
todos los palos como escritora. Novelista, ensayista, cuentista, poeta, autora
de teatro, la salmantina nunca, sin embargo, abordó la novela histórica. Era
escéptica ante el género y torció el gesto cuando su amigo Jesús Fernández
Santos, hizo una incursión en la novela histórica con 'Extramuros', aunque sus
reservas se esfumaron cuando leyó la obra. Pero veía en este tipo de obras dos
peligros: el abrumar al lector con datos y erudición, de un lado, y el
desvirtuar el espíritu de la época con "fantasía audaz y arbitraria",
de otro.
Con todo, la escritora supo orillar estos
riesgos cuando participó en la escritura del guión de la serie televisiva
'Teresa de Jesús', dirigida por Josefina Molina y estrenada en 1984.
Obra ensayística
Para Ana María Martín Gaite, hermana de la
escritora y mujer empeñada en difundir su legado, lo mejor de la autora de
'Caperucita en Manhattan' es su obra ensayística. José Teruel piensa que tales
textos tienen una "importancia axial", hasta el punto de que 'El
cuento de nunca acabar' puede ser perfectamente lo más selecto de su obra.
Gracias a Rafael Lapesa, Gaite aprendió la
importancia de la lingüística para comprender la historia. "En esta
interrogación al lenguaje se aúnan sus facetas de novelista e
historiadora", asegura Teruel. Al presente volumen, prologado por María
Cruz Seoane, gran amiga de la prosista, le seguirán otros tres tomos, dos de
ellos dedicados a los ensayos literarios, y el último, que incluirá sus cuadernos
y cartas.
La correspondencia que mantuvo la autora de
'Nubosidad variable' promete ser interesante, pues se carteó con escritores
variopintos, desde Juan Benet a otros más actuales como Eloy Tizón o Belén
Gopegui. «Me molesta que haya escritores extraordinarios a los que se ha dejado
morir. Yo he hecho todo lo posible para que ella -en alusión a su hermana- no
se muera literariamente», dijo Ana María.
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