Javier Rodríguez Marcos: “Las palabras son un material
explosivo”
El periodista y poeta publica 'Vida secreta' en el que elogia la sencillez
Javier Rodríguez Marcos, en la redacción de 'Babelia' en EL PAÍS.
Escribe
prosa casi a diario pero es en la poesía donde se descubre su ironía, sentido
del humor y la cara B de la vida. Javier
Rodríguez Marcos (Cáceres,
1970), periodista de EL PAÍS, habla de secretos y palabras, desvela la
complejidad sentimental que anida en algunas escenas urbanas, ya sea de hotel o
de hospital, en un cruce en la calle o en la soledad, en el libro Vida
secreta (Tusquets).
Escribe poesía tratando de saber cuál es el secreto que esconde, indagando en
un mundo al que muchos se acercan pero pocos los que son capaces de impresionar
con sus poemas. Rodríguez Marcos no deja insensible al lector. "Escribo
poesía tratando de buscar respuestas. De ahí viene un libro y otro. A veces
piensas que lo que haces es original y está saturado de tópicos. Y en otras se
puede hablar de sonidos que son bonitos y están llenos de basura
espacial".
Naufragios (Premio Extremadura de Creación Carolina Coronado), Mientras
Arden (Premio Jaén de
poesía), Frágil (Premio El Ojo Crítico de Poesía de
Radio Nacional de España) y La vida secreta (Tusquets).
Su sencillez le lleva a
decir: "Los buenos poetas son capaces de juntar dos palabras que da la
sensación de que jamás se habían encontrado y yo estoy en un camino que se me antoja
largo". Sin embargo, cuando el lector entra en sus poesía se queda
pensativo y le obliga a reflexionar sobre sus palabras. En su dualidad entre
periodista y poeta apuesta por la información para conocer la verdad de las
cosas a corto plazo. "Conocer lo que ocurre a nuestro alrededor es
importante porque la falta de información nos puede llevar al perfeccionamiento
del analfabetismo, a largo la poesía nos puede resultar más interesante".
Se confiesa defensor del buen uso de las palabras y advierte de la peligrosidad
de estas. "No se deberían pronunciar, ni escribir en vano. Con ellas se
puede construir desde un chiste a una frase que te arruine la vida. Las
palabras son un material explosivo que hay que manejarlas con delicadeza".
Habla de la memoria y de cómo la
distorsionamos para construir incluso el presente. "En ocasiones la
olvidamos para poder pasar página y seguir viviendo. Nos fabricamos una imagen
de cómo somos y esto no solo funciona para el presente porque lo hacemos con el
pasado e incluso con el futuro. Nuestros recuerdos no suelen ser coincidentes
con alguien que ha vivido lo mismo. Cada uno de nosotros tratamos de que sean
lo más placenteros. El mundo está mal hecho y por ello buscamos refugio en la
literatura. Si el mundo estuviese bien Don Quijote no se hubiera lanzado al
mundo en busca de aventuras".
A Rodríguez Marcos, admirador de
poetas como Claudio
Rodríguez y Juan Antonio
González Iglesias, le
gusta escribir pensando sobre la rutina: "Cuando te fijas detenidamente en
las cosas es cuando encuentras la magia. Por ello mis poemas surgen de
cualquier sitio, de la sencillez. Hay poetas que son como trapecistas y yo soy
de y más de agua dulce, de los que tratan de buscar la elegancia en las
cuestiones más cotidianas".
FUENTE: EL PAÍS
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