'El hijo', de Philipp Meyer
Una saga familiar que
cubre 150 años de la historia de Texas, y narra con vigor desde los combates
con los indios hasta el desarrollo de la industria petrolera
Philipp Meyer era un autor desconocido hasta ahora en España y
esta es su segunda novela. Con ella quedó finalista en el Pulitzer de 2013, que
ganó Donna Tartt con 'El jilguero'. Seguro que es casualidad pero estos dos
libros tienen algo muy evidente en común: son relatos de largo aliento que
requieren de muchísimas páginas. En este caso, casi 600 de letra apretada.
El libro se abre con un
árbol genealógico que resulta de mucha utilidad en las primeras páginas porque
ayuda a situar a cada personaje en el punto exacto de la saga familiar cuya
historia se cuenta. Aunque en realidad solo hay tres protagonistas y el resto
son secundarios que aparecen y desaparecen. La historia arranca cuando un grupo
de comanches asalta el rancho de una familia de colonos en ausencia del dueño:
matan a la esposa y una hija y se llevan a otros dos hijos varones. Uno morirá
pronto y el otro, que en ese momento tiene solo 13 años, vivirá una larga etapa
en la tribu, completamente integrado. Cuando finalmente regrese a su mundo,
primero tendrá problemas graves de adaptación y luego se convertirá en un rico
propietario a quien todo el mundo conoce como 'el coronel' pese a que jamás
alcanzó ese grado.
El segundo personaje
importante es Peter, el hijo del coronel, y el tercero, la nieta de Peter,
Jeanne Anne. Entre los tres cubren siglo y medio de historia de Texas y asisten
a todos los grandes cambios de ese estado: la llegada de los colonos, el
combate con los indios, la Guerra de Secesión, la creación de grandes
explotaciones ganaderas, las primeras prospecciones petrolíferas, etc.
'El hijo' combina
historia, antropología –el relato de las costumbres, lo mismo gastronómicas que
sexuales, de los comanches es excelente–, aventura y costumbrismo. El relato se
estructura con saltos temporales y de personajes, y combina también estilos: el
'coronel' habla en primera persona cuando cuenta su vida; Peter escribe en sus
diarios y en el caso de Jeanne Anne aparece un narrador en tercera persona.
Hay en esta novela una
descripción muy realista de la terrible violencia sobre la que se edificó Texas
–y por extensión todo el Oeste americano– y de las complejas relaciones entre
indios, mexicanos y 'anglos', marcadas también por la desigualdad legal y
social y el uso compulsivo de la fuerza. En sus páginas se encuentran unos
soberbios personajes femeninos que luchan por su libertad y por ser iguales que
los hombres, por tener los mismos sueños y las mismas oportunidades de
lograrlos. De alguna manera, 'El hijo' es además una novela de iniciación –de
forma muy clara en los personajes del coronel y su bisnieta– que aspira a ser
esa 'novela total' que tantos escritores, sobre todo de aquel país, persiguen.
FUENTE: EL CORREO.com
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