García
Márquez decidió hace 15 años donar a Texas sus escritos
Lo contó uno de sus sobrinos; planes de un Centro Cultural
Gabriel García Márquez
Una conmoción no menor se produjo hace unos meses -más
puntualmente el 16 de diciembre- cuando se supo que 40 cajas de cartón (2,6
metros cúbicos) con la colección personal de Gabriel García Márquez irían a
parar al Harry Ransom Center de Texas. Se supo ahora que esa decisión, que
causó exasperación tanto en Colombia como en México, había sido largamente
meditada por el premio Nobel de Literatura. Gabriel Eligio Torres García, uno
de sus sobrinos, descorrió el velo de otros secretos del autor colombiano y el
destino de sus pertenencias.
Según
publicó el diario ABC, hace quince años, cuando García Márquez se enteró de que
tenía cáncer linfático, resolvió qué hacer con su herencia literaria y dónde
resguardarla. "Él sabía que si sus cosas se quedaban aquí, en Colombia,
corrían el riesgo de perderse, de no ser bien utilizadas", afirma el hijo
de Rita, séptima de los once hermanos que tuvo el premio Nobel.
Gabriel
Eligio se refiere justamente al tesoro de 2,2 millones de dólares que adquirió
la Universidad de Texas. Las cajas en cuestión contenían más de 50 secretos
literarios y diez libros, incluido el manuscrito de la novela Cien años de soledad. El
manuscrito descansa allí con la caligrafía gruesa de Borges; el primer borrador
de Watt, de Samuel
Beckett, y la primera versión de Muerte
en la tarde, de Ernest
Hemingway.
Lo
que se preguntan en México y en Colombia, países de los que Gabo fue ciudadano,
es por qué el escritor no optó por uno de estos dos lugares. Pero el colombiano
se guardó también ese secreto. Para su sobrino, "él tejió su propia
mortaja literaria hace ya mucho tiempo. En cuanto al manuscrito de El general en su laberinto,
García Márquez, que sufría de miedo a volar, decidió llevar a México los
papeles.
"Cuando
aterrice en México destruyes el manuscrito", le pidió al sobrino. Que
cumplió con la orden después de leer el libro de un tirón. En su tierra natal,
no quedó más que el traje blanco -liqui-liqui- con el que el autor recibió el
Premio Nobel. El atuendo se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Bogotá.
OTROS ÁMBITOS
Por
su parte, Jaime García Márquez, ingeniero, octavo de los once hermanos de
García Márquez, de los que quedan vivos solamente seis, se ocupa de otro
proyecto: la fundación y el armado del Centro Cultural García Márquez, que alojará
recuerdos familiares. La de Gabo era una casa un poco desvencijada en una
ciudad amurallada.
El deterioro de la vivienda durará
poco. El plan prevé que ese lugar se convierta en centro de referencia de la
vida y la obra del autor en Cartagena. Pero, por ahora, el de Gabriel García
Márquez -de quien se cumple un año de su muerte el 17 de este- es un legado
bien guardado y de extramuros.
FUENTE: LA NACION
Argentina
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