Umberto Eco.
Una novela sobre lo peor del periodismo
Lanza hoy en versión
castellana su novela Número cero donde critica el mal periodismo, la mentira y
la manipulación de la historia. Narra sobre la creación de un diario creado no
para difundir noticias, sino para malinformar.
Crítico. Umberto Eco dice que esta novela es breve en comparación de sus otros libros: ”esta me salió en ritmo de jazz”. Foto: EFE
El escritor y filósofo italiano
Umberto Eco vuelve a la carga con Número cero, una novela donde critica el mal
periodismo, la mentira y la manipulación de la historia. Una parodia sobre
estos tiempos convulsos, porque, en opinión del profesor, “esa es la función
crítica del intelectual”.
“Esa
es mi manera de contribuir a clarificar algunas cosas. El intelectual no puede
hacer nada más, no puede hacer la revolución. Las revoluciones hechas por
intelectuales son siempre muy peligrosas”, precisa a Efe.
“Una
vez escribí que el intelectual verdadero no es el que habla a favor de su
partido, sino en contra de su partido”, explica el autor de El nombre de la
rosa, en una entrevista hecha en su casa de Milán.
Una
casa envuelta en libros, literalmente, con más de 35.000 volúmenes ordenados
por temas en sus infinitos pasillos, y repleta de obras de arte donde Eco, a
sus muy bien llevados 83 años, recibe infatigable a los periodistas para hablar
de Número cero, el libro publicado por Lumen que sale a la calle hoy en
español.
“Todos
los periodistas están viniendo aquí. Siento no haber ido a España –dice–,
porque es un país que me gusta mucho. Barcelona es una de las ciudades donde me
gustaría vivir; pocas me gustan para eso, solo tres o cuatro, como París,
Barcelona o Ámsterdam”, sostiene este hombre amable y oceánico, uno de los
semiólogos e intelectuales europeos de máxima referencia, dedicado al ensayo y
a la novela.
Un
autor que posee títulos tan simbólicos y exitosos como las novelas El nombre de
la rosa (1982), El péndulo de Foucault (1988) y otros libros. Algo que puede
volver a repetirse con esta nueva novela periodística, más breve que las
anteriores, que solían tener 600 páginas. “Esta me ha salido con ritmo de jazz,
las otras eran como una sinfonía de Mahler y esta es más de jazz por el
argumento, con temas más rápidos, como es el periodismo”. Un oficio que el
autor conoce bien, porque se siente parte de él. Eco escribe desde 1960 muchos
artículos y ensayos en prensa, por eso esta crítica la hace desde “el interior”
de la profesión.
La
historia comienza con la creación, por parte de un empresario italiano (que
hace pensar en Silvio Berlusconi) de Número cero, un ejemplar de un periódico
en pruebas que se desarrolla en 1992.
Este
periódico quiere salir con la intención no de informar sino como herramienta de
poder para meter presión, desacreditar a políticos y rivales o crear informes,
noticias falsas y complots.
“Desde
hace más de diez años tenía esta novela en mi cabeza, siempre he querido hablar
de los problemas del periodismo y ahora también de Internet, donde se puede
mentir mucho. Yo lo utilizo –añade–, por ejemplo, para esta novela, donde me he
informado sobre la autopsia de Mussolini”.
“Pero
internet es como el automóvil, no se puede pasar la vida en internet como no se
puede estar todo el día en el coche”, advierte.
Y es
que Número cero, además de ser una radiografía sobre lo peor del periodismo,
del poder y la corrupción –“no son las noticias las que hacen el periódico,
sino el periódico el que hace las noticias y saber juntar cuatro noticias
distintas significa proponerle al lector una quinta noticia”, dice un
personaje–, es también la visión de Italia de los últimos 30 años.
Una
Italia cuya historia es la de “un pueblo de puñales y venenos”, como dice una
de las protagonistas. “Elegí 1992 para situar el libro porque en ese momento
hubo esperanza, nació ‘Manos Limpias’ y parecía que todo iba a cambiar, la
lucha contra la corrupción, pero llegó Berlusconi y las cosas fueron justo al
contrario”.
El libro termina con sabor agridulce
porque si bien antes todo era más opaco, y a quien revelase información o
descubriera, algo importante, le podía costar la vida, “hoy, cuando afloran los
nombres de corruptos o defraudadores y se sabe más, a la gente no le importa
nada y solo van a la cárcel los ladrones de pollos albaneses”, dice Eco.
Y
eso se plasma en la novela, que termina con un buen reportaje de la BBC, que
tras ser visto por un personaje dice: “Las personas decentes seguirán votando a
los truhanes porque no darán crédito a la BBC, porque no verán programas como
los de esta noche, porque estarán enganchados a la telebasura...”.
FUENTE: LA REPÚBLICA.pe
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