James
Ellroy: “Me da igual la gran novela americana; he escrito varias”
El
escritor estadounidense habla de su último libro, 'Perfidia' y de sus
ambiciones
James Ellroy este martes en
Madrid. / DANIEL MORDZINSKI
James Ellroy (Los
Ángeles, 1948) sigue siendo el campeón del mundo del ego, el escritor obsesivo
de la América criminal, pero algo ha cambiado, al menos en apariencia. “Dejé de
decir que era el mejor. Es una mierda andar diciendo eso. He madurado”, asegura
poco después de empezar la entrevista en Madrid, donde ha llegado para presentar Perfidia (Random House), su último libro, el primero de un nuevo Cuarteto
de Los Ángeles, el
que dará continuidad cronológica a toda su obra y que sitúa a algunos de sus
personajes clásicos en 1941.
Estoy lleno de remordimientos y
conciencia"
Ellroy se recuesta en la
silla, aparentemente indiferente, cara de escritor profesional en ristre, ansioso
por empezar para terminar. ¿Por qué una precuela, por qué ir al inicio de todo?
“Porque pienso a lo grande y cuanto más viejo me hago más a lo grande pienso.
Porque quería crear una historia continua de mi ciudad, de mi tierra, para
contar América, mi gran país, desde 1941 hasta 1972. Pero soy un egomaniaco y
tengo que reescribirla a mi manera, llena de puñetazos, haciendo el amor a
Bette Davis, con personajes que sinceramente sólo existen en mi cabeza. En
cualquier caso, y para resumir, escribí este libro porque era la manera de unir
literatura y masturbación”, asegura lanzando su primera boutade en voz muy baja, muy ronca.
La inmensidad del reto
genera dos preguntas inevitables: ¿Tuvo miedo de fracasar? “Nunca”, responde
antes de que termine la pregunta. “Si veo algo, puedo ejecutarlo. Llevo
haciéndolo 36 años, así que no me da miedo nada”, remata. ¿Ha escrito ya la
gran novela americana? “Me da igual eso de la gran novela americana, me cansa
hablar de ello, creo que ya he escrito varias. Hago esto porque en unos años
estaré muerto y quiero ser leído y recordado”, lanza haciendo jirones los
restos de su pretendida modestia.
El escritor estadounidense
James Ellroy
Dudley Smith, que ya
protagonizó su propia trilogía, es un policía irlandés emigrado a EE UU, un
sargento corrupto, violento, drogadicto y mujeriego, un personaje inmenso y
lleno de dobleces, el protagonista perfecto de Perfidia.
Cuando se le pregunta por él, el creador de L.A. Confidencial rompe el muro de su indiferencia,
incorpora su enorme anatomía, se toca la camisa hawaiana que ha convertido en
seña de identidad y, apoyado en la mesa explica: “Dudley es originalmente malo,
sin remordimientos y sin empatía. Tengo una buena mano para saber hasta dónde
llega lo creíble. Conozco bien a la gente y eso se ve en los personajes. Hice a
Dudley así porque le comprendo. Es todo instinto y ejecución, como yo”. ¿Carece
de remordimientos como él? “No, estoy lleno de remordimientos y conciencia”,
responde con una voz venida del más allá.
Cansado de polémicas,
hace tiempo que el autor de la Trilogía de América, ese enorme fresco sobre la corrupción
y los bajos fondos de la política de EE UU en los años sesenta, dejó de lado su show de perro rabioso de las letras
americanas, de chico malo muy a la derecha del arco político, de provocador
profesional. Tampoco habla de temas personales. “¿Que si me influye el
asesinato de mi madre? Eso fue algo enorme, de lo que no hablo, acabé con eso.
Todo lo que tengo que decir está en Mis rincones oscuros”,
responde refiriéndose a aquella despiadada autobiografía en la que se le veía
como un niño abandonado, solitario, temible, traumatizado, que asaltaba casas
para oler bragas sucias. “Tampoco hablo de política. No me interesa la
actualidad de EE UU”, adelanta.
¿Cuál es su mejor novela? “Esta última”.
¿Y si quitamos esta? “La anterior, y así. Soy cada vez mejor”
Perfidia sitúa su compleja trama policial en Los Ángeles, justo tras el
bombardeo de Pearl Harbour y la consiguiente locura racista contra los
japoneses que vivían en la ciudad. “Su internamiento en campos no fue para
tanto. Estuvo mal, pero no tiene nada que ver con lo que hicieron los nazis o
los rojos”, defiende Ellroy.
Trabajador obsesivo, en
los dos años y medio que le llevó escribirPerfidia no hizo otra cosa, encerrado en su
mundo. Ahora reúne notas para la segunda parte. ¿Y cuando termine este
Cuarteto, cuando complete su historia? “Seré viejo, seguiré siendo un currante
y estaré en forma, así que más me vale inventarme algo”, afirma entre risas.
Soy un gran fan del motor de combustión interna. Odiaría una ciudad sin
el ruido de los coches, llena de esos artefactos eléctricos"
La sonrisa no abandona
su rostro cuando surge el tema de las mujeres. “Las adoro, pero no hablo de mi
vida personal”, insiste antes de explayarse sobre sus creaciones de ficción.
“Kay Lake (la otra protagonista dePerfidia)
es mi mejor personaje femenino. No se puede medir su coraje, su humor, su
libido. Está tocada por lo divino”, concluye Ellroy.
Aunque no hable de su
ciudad hoy en día —“tampoco me interesa”— el autor de Sangre
vagabunda es el
responsable de las mejores odas a Los Ángeles, urbe interminable, paraíso del
coche. Cuando surge el tema vuelve el entusiasmo. “Soy un gran fan del motor de
combustión interna. Odiaría una ciudad sin el ruido de los coches, llena de
esos artefactos eléctricos. Tengo un Porsche Carrera 4s cabriolet y lo adoro.
Nunca conduciré un híbrido o un coche eléctrico. Los criminales de verdad,
tampoco”, cuenta orgulloso.
¿Cuál es su mejor
novela? “Esta última”. ¿Y si quitamos esta? “La anterior, y así sucesivamente.
Soy cada vez mejor” resume con una sonrisa antes de hablar de sus influencias.
Ellroy asegura que no lee nada actual del género negro, pero reconoce ciertas
referencias: Joseph Wambaugh, gran retratista del trabajo policial en L.A.; Libra,
de Don DeLillo, y las novelas históricas de Joseph Mallon, especialmente Watergate.
Policías, conspiración y bajos fondos de la política. El círculo vicioso del
genio incansable de la ficción criminal.
Requiem por Brown (1981).
Sangre en la luna (1983).
La Dalia Negra (1987).
El gran desierto (1988).
L. A. Confidential (1990).
Jazz blanco (1992).
América (1995).
Mis rincones oscuros (1996).
Seis de los grandes (2001).
Noches en Hollywood (2009, escrita originalmente en 1994).
Sangre vagabunda (2010).
A la caza de la mujer (2011).
Perfidia (2015)
FUENTE: EL PAÍS
No hay comentarios:
Publicar un comentario