«Solo hay dos temas sobre los que vale la pena
escribir: el asesinato y el amor»
Jo Nesbø. /
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El noruego Jo Nesbø, que lleva 25 millones de ejemplares vendidos en el
mundo, adora la novela negra porque le permite hacer de mago y manipular al
lector
El escritor noruego Jo Nesbø (Oslo, 1959) nunca pensó que sería un
novelista súper ventas (25 millones de ejemplares en todo el mundo), ya que
durante su adolescencia su sueño era ser una estrella de la Premier League. La
vida le llevó a graduarse en economía y trabajar como agente de bolsa, hasta
que unas vacaciones en Australia dieron un giro de 180 grados a su vida.
"Aquellas 33 horas (lo que duró el vuelo entre Oslo y Sídney) cambiaron mi
vida" admite. No es para menos, durante el largo trayecto pergeñó en 1997
su primera novela de la serie del policía Harry Hole -'El murciélago'-
convertido en best seller internacional y publicado ahora por primera vez en
nuestro país por Penguin Random House.
Nesbø, que en 2011 se colocó por delante
de Stieg Larsson en ventas en Inglaterra, se decantó por la novela negra, a
pesar de que de pequeño prefería los clásicos, porque al escribir la historia,
se dio cuenta de que con la negra podía "mantener una conversación íntima
con el lector y podía manipularle". "Me gustaba convertirme en mago
ilusionista. Hacía trucos con una mano y sacaba conejos con la otra", ha
relatado esta mañana en Barcelona.
En 'El murciélago', el detective Harry
Hole es enviado a Sídney desde Oslo para que investigue el asesinato de una
mujer noruega, cuyo cadáver ha sido encontrado al pie de un acantilado. La
policía sospecha que fue violada antes de morir, pero no se ha hallado rastro
alguno de ADN.
Nesbø no cree que la novela negra sea
distinta de las demás, no hay casi límite entre unas y otras, sino que la única
distinción que puede hacerse es entre "buena y mala literatura, sin
más", afirma. Ni siquiera considera que las temáticas sirvan para
etiquetar. "Solo vale la pena escrbir sobre el asesianto y el amor" y
a partir de esta premisa apunta que "todas las historias se construyen
sobre conflictos".
Esta afirmación le lleva a hacer una
reflexión sobre el mal. "Cuando hablamos de la literatura y hablamos del
mal, el mal de verdad es el que está y no ves", relata. "El mal es
una metáfora para poner a prueba a otros personajes y es una motivación respecto
a la cual se puede sentir empatía cuando puede esconder una razón de ser o una
justificación", asegura. "La bomba atómica es puro mal", pero se
le puede buscar alguna justificación, ha dicho.
Nesbø halla estos días otro tipo de mal
que es el que lleva a millones de europeos a taparse los ojos con el drama de
la inmigración en el Mediterráneo. Y por último considera que está el verdadero
mal, "los que se dedican a infligir el mal a los demás".
FUENTE: LA RIOJA. com
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